Difícil que un servidor se ponga a explicarle las diferencias entre recercadas, tientos, glosas y fugas.
Que para eso están los doctos y peritos, que saben cómo se hacen variaciones, glosas, contrapuntos y asuntos de esa guisa.
Solamente le alcanza al infrascrito para dejarle aquí el Tratado de Glosas (es decir, Tratado de glosas sobre cláusulas y otros géneros de puntos en la música de violones nuevamente puestos en luz, que así se llama en realidad) que en 1553 publicó su autor, Diego Ortiz, en español e italiano, porque calibró que no había textos que enseñaran el arte del violón, que él decía. La viola da gamba, sería ahora.
Precisamente, he allí el instrumento que ejecuta don Jordi Savall, con la compañía en esta ocasión de un cémbalo, en las manos de doña Genoveva Gálvez.