martes, agosto 29, 2017

Folle è ben



En 1638, Tarquinio Merula hizo conocer esta canción que para muchos es una de las más bellas del autor, nacido en Busseto, vecino de mi sangre en la misma pianura entre Parma, Piacenza y Cremona.

Veinte veces la oigo, veinte veces me gusta. Variaciones, voces, registros, colores, instrumentos.

No pocos dicen que es de las mejores del período. Y algunos cuantos dicen también que forma entre las más bellas a secas.

Los versos, dicen también, son de su contemporáneo Pio de Savoia.




Y aquí están.
Folle è ben che si crede
che per dolce lusinghe amorose
o per fiere minaccie sdegnose
dal bel Idolo mio ritragga il piede.
Cangi pur suo pensiero
ch’il mio cor prigioniero
spera che goda la libertà.
Dica chi vuole, dica chi sa.

Altri per gelosia
spiri pur empie fiamme dal seno
versi pure Megera il veneno
perché rompi al mio ben la fede mia.
Morte il viver mi toglia
mai sia ver che si scioglia
quel caro laccio che preso m’ha.
Dica chi vuole, dica chi sa.

Ben havrò tempo, e loco

da sfogar l’amorose mie pene
da temprar de l’amato mio bene
e de l’arso mio cor, l’occulto foco,
e trà l’ombre, e gli orrori
de notturni splendori
il mio bel furto s’asconderà.
Dica chi vuole, dica chi sa.




lunes, agosto 07, 2017

Numquam satis




Cuando yo era un joven teólogo, antes e incluso durante las sesiones del Concilio, como sucedió y como le sucede todavía hoy a muchos, alimentaba algunas reservas sobre algunas fórmulas antiguas, como por ejemplo, la famosa "De Maria nunquam satis", de María nunca sabremos lo suficiente. Me parecía exagerada.

También tenia dificultad para comprender el verdadero sentido de otra expresión famosa (tan repetida en la Iglesia desde los primeros siglos, cuando después de un memorable debate -el Concilio de Efeso del 431- se había proclamado a María Madre de Dios) que ve a María "victoriosa frente a todas las herejías".

Hoy, en este periodo de confusión en que todo tipo de desviaciones heréticas vienen a golpear a la puerta de la fe auténtica, recién apenas hoy he comprendido que no se trataba de una exageración de devotos, sino de verdades más que nunca válidas.

Estas palabras son del cardenal Joseph Ratzinger, entrevistado por Vittorio Messori cuando era Prefecto del Santo Oficio (Rapporto sulla fede, Edizioni San Paolo, 1985).



En este mes de agosto, hay un día 15 en el que los católicos celebramos la Asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma a los cielos, como decíamos en mis años chicos.

A Ella va dedicada esta selección varia de la antífona Salve Regina.


¿Y por qué tantas muestras de la misma antífona?

Por eso mismo: Numquam satis.








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La imagen que ilustra esta entrada (una estampa que conmemora la Coronación de Maria Santissima del Monte Viggiano, en 1890), fue traída por mis antepasados originarios de la región de la Basilicata, de la que es patrona -así como de la Lucania- esta antiquísima Madonna Nera del Sacro Monte Viggiano.

Ahora está en mi cueva, pero durante más de un siglo estuvo en la familia. La recibí de manos de mi madre que la heredó de su padre que la heredó a su vez del suyo, que fue quien la trajo de su tierra, San Severino Lucano.