Elegí dos, porque con dos alcanza.
António Menano tuvo una magnífica voz de tenor. Estudió medicina y, a pesar de que nunca estuvo del todo lejos del fado que lo apasionaba, antes de cumplir los 40 eligió irse a Mozambique durante más de 30 años a ejercer de médico allí y dejó su carrera artística. Murió a los 74, de vuelta en Lisboa, en 1969.
Edmundo de Bettencourt, algo mayor que Menano, fue como él uno de los grandes y, con él, estuvo entre los más populares compositores e intérpretes de la canción de Coimbra. Poeta y cantor, es en Portugal uno de los precursores y cultores de las escuelas de vanguardia en poesía. Murió a los 84, en Lisboa, también, en 1973.
Dos cosas.
Se me hace que son lo que Ignacio Corsini fue entre nosotros.
Una de las composiciones más famosas de Edmundo de Bettencourt, Saudade de Coimbra, no pude conseguirla cantada por él. Lo reemplacé por José Zeca Alfonso, aunque la preferiría por don Edmundo (¿habrá quien la habilite para beneficio de un servidor...?)
PS: Y llegó nomás, y de por aquí nomás..., obrigado a JM.
Hay una celebración a Edmundo de Bettencourt, aquí.