La conspiración y la pólvora hicieron de Guy Fawkes un tipo notable.
Y la fe católica, se entiende.
Como cualquier inglés sabe, hartos de la persecución religiosa en Inglaterra, el católico Fawkes quiso con otros hacer volar por el aire el parlamento inglés y al propio rey Jacobo con él.
Así, aunque no era el jefe, resultó el emblema.
Hasta hace tiempo, con petardos y quemando un muñeco con su aspecto, la Bonfire Night lo conmemoraba, como un infame, en Inglaterra y en todo suelo que los ingleses todavía retuvieran de Canadá a Nueva Zelanda.
El episodio central de la fallida Conspiración de la pólvora fue un 5 de noviembre de 1605, hace 410 años. Sus protagonistas fueron ejecutados o perseguidos hasta ser asesinados. Menos Fawkes, que se partió el cuello al tirarse del cadalso, con lo cual no pudo ser destripado en vida, parte de la pena.
En 2005, The King's Singers prepararon un trabajo que recuerda el episodio. Tomaron para ello obras (mayormente religiosas) de compositores de época (católicos, criptocatólicos, simpatizantes o al menos no fanáticos protestantes): Byrd, Dowland, Weelkes, Dering y Philips. Curiosa cosa. Más si fija uno en el título de su trabajo: 1605: Treason & Dischord – William Byrd & the Gunpowder Plot.
La excepción son unos cuantos largos minutos -prescindibles, a mi sabor- del más actual Francis Pott..., qué se le puede hacer.
El resto, merece oírse.
En memoria de Guy Fawkes, se entiende.
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Recordar ahora que la máscara de la película V de Vendetta o la que identifica a Anonymous, en la red, es la cara de Fawkes, se me hace una trivialidad. Así que ni lo menciono.