Y entonces, cuando parecía que ya no cabía un alfiler, apareció Sergei Mikhailovich Nakariakov (Nizhny Novgorod, clase 1977), que según se deja ver toca un solo instrumento, aunque, con sólo uno y su virtuosismo, hace sonar otros varios.
Si por él hubiera sido, se habría dedicado a los teclados; pero un accidente de pequeño lo desvió hacia los vientos. No podía estar sentado mucho tiempo.
Mire usted lo que son las cosas...