Amablemente, intercambiábamos músicas.
Y vea cuánto salí beneficiado.
Dichterliebe, de Robert Schumann, afamados lieder sobre textos de Heinrich Heine.
Porque así fue que me quedé con esta versión del magnífico Fritz Wunderlich, prometedor y malogrado a los 36 años.
Canta en Salzburgo, en 1965, poco antes de morir. Hubert Giesen al piano.
Otro día hablaré más de él, más cosas traeré. Lo merece (y lo prometí...)
Pero no ahora.
Ahora es tiempo de oír.
(Espere...: No se vaya sin esta breve muestra de sus registros, que agrego aquí de regalo para su solaz...)