No sé si todo el mundo sabe de la existencia de Giovanni Battista Bononcini. Boloñés de Módena (como Luciano), vivió a caballo del XVII y del XVIII y es un difusor destacado del estilo napolitano, cosas de la vida. Murió pobre en Viena.
De su pluma salió la famosa Per la gloria d'adorarvi, que es aria de uno de los personajes masculinos de su ópera Griselda. Como con otros, la ópera estrenada en Londres en 1722 es poco frecuentada y el aria muy conocida.
El libreto sigue un cuento del Decamerón de Boccaccio, La paciente Griselda.
Durante sus años en Londres, Bononcini tuvo una vida agitada: además de competir furiosamente con Händel, tuvo problemas con la ley por una acusación de plagio que lo obligó a irse de Inglaterra.
Luciano Pavarotti grabó varias veces esta aria. Esta vez, con la orquesta del Teatro Comunale di Bologna, le salió muy bien.