martes, agosto 09, 2011
Tres por tres /3: Final para Charles Ryder
En 1981, los ingleses terminaron de filmar la mejor novela de Evelyn Waugh, Brideshead Revisited, en una serie de episodios que se pasaron por la cadena ITV ese año.
Lo hicieron estupendamente bien, hay que reconocerlo.
La interpretación de Jeremy Irons como Charles Ryder (protagonista y narrador de la historia) es insuperable. No menor es el Sebastian Flyte de Anthony Andrews o la Julia Flyte de Diana Quick.
La música de toda la obra estuvo a cargo de un curioso y talentoso compositor inglés, Geoffrey Burgon, que murió en septiembre de 2010. Es más lo que este hombre compuso en clave seria que lo que incursionó en cine y televisión. Alcanzó, sin embargo y entre otras cosas, para ponerle la música a una serie de episodios de Las Crónicas de Narnia que la BBC grabó y emitió entre 1988 y 1990.
En el caso de Brideshead Revisited, Burgon tuvo varios destacadísimos aciertos, a juicio de un ignaro como su servidor.
En clave de mediterráneas o gringas, hay que admitir que las melodías de Burgon para vestir esas imágenes impecables, planean allí por un registro clásico que las pone casi a salvo de esas arbitrariedades, si no fuera porque el pattern de la música clásica sube desde Italia al resto del mapa…
Es difícil elegir, pero, obligado por el espacio, creo que me quedo con el tema central, una joya como Rain in Venice, el melancólico Julia’s Theme y el poderoso Orphans of the Storm, y no porque entre las dieciséis composiciones de toda la banda de sonido no haya otras igualmente buenas.
Pero.
A propósito de los aciertos de Burgon y las 16 melodías, hay un asunto de lo más raro.
Ninguna (esto es: ninguna...) tiene a Charles Ryder como tema o protagonista; en ninguna de ellas figura su nombre, mientras que sí figuran Sebastian y Julia Flyte, que completan el trío central de la novela y la serie fílmica.
Tal vez, es la suerte de Charles Ryder y la que el propio protagonista pudo haber querido para sí: una presencia ausente, una ausencia presente, entre asuntos y cosas que lo llevaron a ser quien finalmente resultó siendo, pero que se desvanecieron junto con quien él mismo había sido.
No dejo de tenerle un poco de envidia.