Se llama Giovanni Sollima (acentuando la o, vi prego...)
Es siciliano, de Palermo.
Cellista virtuoso y compositor afamado hoy día y diría que creativo y potente. Me hace acordar en algo a Arvo Pärt, pero con un Mediterráneo a su favor.
(Esta cuestión del Mediterráneo ya la dije. Pero creo que conviene repetirla: ser mediterráneo no es una posición, no es un discurso o un relato prestigioso, no son gestos, no es la afectación de una tonada.
Porque todas esas cosas se eligen y se trafican y se simulan hasta con fines inconfesables.
Y si me pregunta, le diré: vale también para la música y la pintura, como vale para la poesía, la filosofía y hasta la fe: como vale para la cocina, el modo de respirar y de vivir y caminar y de mirar y atender las cosas, las plantas, los papeles o los perfumes.
Se es lo que se es.
Porque así como hay sicilianos o gallegos nacidos en Irlanda o Rusia o la India, así también hay alemanes, ingleses, franceses o lo que es peor, yankis, que en la partida dice que son nacidos en Andalucía o en Córcega...)