jueves, marzo 05, 2020

Sevilla y otra vez... Sevilla





A ver.

¿Cuántas veces puede oír la misma canción?

Literalmente: una y mil veces.

Déjeme, su mercé, y le explico.

Mil veces si la misma canción no es la misma canción.

¿Y cuándo la misma canción no es la misma canción?

Cuando mil veces la interpretan 1000 distintos.

Es como todo.

Las cosas son lo que son y no hay vuelta. Y cada cosa es una sola cosa.

Pero nadie puede conocer toda la cosa toda.

La verán 1000 y verán 1000 matices. Nadie verá todo lo que la cosa es. Aunque todos, si acaso, ven la misma cosa siendo lo que es.


Hizo bien don Federico García Lorca en recopilar anónimos y viejas cosas andaluzas.

Mi preferida: entre las sevillanas del XVIII, Viva Sevilla.

Y aquí hay 45 formas de decirla y ahí me quedo para no abrumar..., porque hay tantas más.

Cantada, instrumental. Lírica, popular, jazz, blues... Y a la española, a lo flamenco, a la italiana, a la griega, a la peruana, a la inglesa, a la alemana, a la argentina y así...

Y cada uno le saca algo a la canción. No se lo pone. Se lo saca. Lo saca de ella. Y de lo que de ella puede ver, oír, sentir.

Porque el conocimiento -y el arte lo es- no está en la cosa, sino en el hombre. En la cosa está su inteligibilidad.


Pero.

Basta.

Está a tiempo.

Si no puede mirar mil veces la misma cosa y gozarla y no agotarla, este lugar no es para usted.

Vuelva otro día.





Al final hay dos agregados, un poco de Saura celebrando a Sevilla y un saludo de trianeros y trianeras: a Triana, claro.