Don Antonio Vivaldi ocupó esta melodía al menos en tres óperas distintas, en las que tomó la forma de aria.
Mayormente se la conoce como Sento in seno ch'in pioggia di lagrime o Sento in seno. Tanto en una obra perdida como Tieteberga, de 1717, como en Giustino, de 1724, así como con otro nombre la incluyó en Armida al campo d'Egitto, de 1718.
Es un aria diría que para contralto, pero es difícil encontrar versiones para ese registro. O para mezzosoprano, si acaso. Es verdad que, en las partituras, son arias para Lotario y Anastasio, dos personajes de las Tieteberga y Giustino.
Aparecen sí las versiones de contratenores, si uno busca. Las dejé de lado. Aunque fueran de Jakub Józef Orliński o de Philippe Jaroussky.
Prefiero las otras.
El texto dice:
Sento in seno che in pioggia di lagrime,
si dilegua l’amante mio cor.
Ma mio core tralascia di piangere,
che il tuo pianto non scema il dolor.
De las pocas que hallé, la de Nathalie Stutzmann, en Giustino, es la que más me gustó (pero es cosa mía...). Después, la de la soprano canadiense Heather Newhouse, en Tieteberga. Y junto a ellas, Silke Gäng, mezzo alemana.
Un poco más lejos, las de Manuela Cluster y Marina Comparato.
La rareza: un arreglo para dos pianos, con retoques a uno de los dos instrumentos para que suene al pizzicato de las cuerdas.