Apareció sin buscarla, y nada es casual.
Pasa con la música, pasa con las gentes y las cosas.
De pronto, ya volviendo a verla y a oírla, fue cosa de descubrirla aquí y allí haciendo músicas tan distintas.
No es fácil.
Hay que tener muchas ganas de cantar y estudiar y animarse, festivamente. Así se la oye y se la ve.
Por momentos, tiene un aire sugerente y elaborado (sus raíces son orientales, aunque es argentina), por momentos parece amateur.
Apenas una muestra de lo que hace esta joven mezzo soprano queda aquí. De Händel a Gershwin; de chacarera hasta Donizetti; de Komitas, el armenio, hasta Piazzolla.
Los registros no son la gran cosa, lamento. Pero me gustó y creo que, si sigue así, Córdoba la docta, de dónde parece ser oriunda, tendrá una hija ilustre: Solange Merdinian.