viernes, enero 10, 2014

Epitafio

Resulta que ayer fue el día de la mandolina. Para mí, claro, porque anduve por esas cuerdas que cada tanto me gusta oír. Cada tanto, no muy seguido. Pero es verdad que cada tanto refrescan, eso sí.

Así fue que -después de pasar por un repertorio más o menos típico- me enteré de que en Ljubljana, en Eslovenia, hay toda una orquesta de mandolinas.

Entre lo que oí estaba esto.




No es la melodía original, enteramente, porque está arreglada.

La melodía original, dicen, es la partitura más antigua registrada. Griega y probablemente de entre el siglo II aC y el I dC.

Tiene su historia, conocida entre melómanos y estudiosos.

Seikilos tenía una esposa, Euterpe (curioso que tuviera ese nombre...), y ella murió. Entonces su marido hizo hacer en su homenaje un monumento funerario con una columna de mármol en la que grabó, entre otras cosas, unos versos y su respectiva notación musical. Y de allí el asunto.

Lo que se canta dice:
Οσον ζής φαίνου,
Μηδέν όλως σύ λυπού
Προς ολίγον εστί το ζήν
Το τέλος ο χρόνος απαιτεί...
Lo que quiere decir, más o menos:
Mientras vivas, resplandece,
en absoluto te apesadumbres;
poco es el vivir
y al final el tiempo reclama...
Las que aquí dejo son tres muestras de la melodía original.

Esta versión suena muy bien (tiene al comienzo una especie de explicit grabado en la columna en el que se dice que esa piedra la hizo Seikilos para el recuerdo perdurable...)

Esta otra también, aunque hay que ver que es algo más elaborada y compleja que el original.

Y esta otra también, con más la peculiaridad de que en la grabación han agregado a continuación un antiguo feliz cumpleaños griego, que allá y entonces no se decía así sino, en dialecto dorio, así:
Δέξαι ταν Αγαθάν Τύχαν,
δέξαι ταν Υγίειαν,
αν φέρομεν παρα τας Θεού,
αν εκαλέσσατο Τήνα!
Es decir, más o menos:
Que tengas buena suerte
y que tengas salud,
es lo que le pedimos (para tí) a la diosa
que da esos dones.