Portugal y su lengua siempre me gustaron. Con Brasil y la suya, nunca pude (y si oye esto una querida colega de aquellos lares, me retira el saludo, supongo...)
Tampoco ha de decirse que nada de nada, por supuesto. Siempre encontré algo que me valiera.
Ahora, y ya que no se me da por recorrerlo en el espacio, anduve andándolo por el tiempo. Y así fui a dar, curioseando, con unas cuantas composiciones del siglo XVIII, la mayoría, y unas pocas de después, pero de apenas después, porque no pasan de mediados del XIX.
Y aquí están.
Marcos Portugal, lusobrasileño, hizo estas dos, Ah! Marilia que tormento / Os mares minha bela, que suenan juntas. También suya es Cuidados, tristes cuidados y, con Domingo Caldas Barbosa, Você trata amor em brinco.
Por su parte, A paixão que sinto en mim es de Joze Maurizio y De mim já se não lembra es de Antonio Jose da Silva; así como Estas lágrimas sentidas es de Joaquim Manoel da Câmara y Lá no largo da sé velha de Cândido Inácio da Silva.
Mientras, quedaron anónimas para la historia, por ejemplo, Acaso são estes, Quem ama para agravar o Meu amor, minha sinhá.
Para salir de aquí, creo que Casinha pequenina, por Alice Ribeiro, es una magnífica puerta. Dicen que la canción tiene autor desconocido y que se grabó por primera vez en 1910, aunque se estima más antigua. La composición pertenece a un especie típicamente popular de canción brasileña de tema amoroso, la modinha. Aunque aquí la canta una mujer, sus versos son para ser dichos por varón.
Tu não te lembras
da casinha pequenina
onde o nosso amor nasceu?
Tinha um coqueiro do lado
que coitado de saudade,
já morreu.
Tu não te lembras das juras,
oh, perjura,
que fizeste com fervor?
Daquele beijo demorado,
prolongado,
que selou o nosso amor.