jueves, marzo 22, 2012

Tonada


Concedo: el otoño es fácil, en cierto sentido. Es de una mansedumbre y una especie crepuscular de belleza a las que no se le puede oponer mucha resistencia.

Es la tarde del mundo. Tiene esa luz y ese aire de las cosas bellas que van camino al fin.

Es la melancolía de los elfos de Lórien.

¿Qué habrá querido decir Dios con el otoño?

Y en eso andaba, murmurando otoños, cuando un buen amigo me acercó, como si supiera, esta Tonada de otoño, que Mercedes Sosa canta aquí con Pocho Sosa, mendocino.

Y, sí.

Pero.

No es tan fácil el otoño.

Porque esa nostalgia, en la tarde del mundo -y de la vida-, de querer cruzar el mar y llegar por la tangente de este mundo a las Tierras Bendecidas, no es cosa de este mundo.

Y serán simples, todo lo que quiera, pero nunca son fáciles las cosas que no son de este mundo.

Y si el otoño es la sala de espera de un viaje tal, fácil no es.