Algunos pocos lograron cantar mal esta canción de Léo Ferré, que ya tiene 50 años. Y no están aquí.
Y que hayan sido algunos pocos tal vez sea mérito de la letra terriblemente triste y desencantada. O de la partitura que condensa ese desencanto y esa tristeza. O de la dicción a la que obliga la letra y la partitura. Cómo saberlo de cierto.
Con todo y eso, me alegra oír que varios le dieron su impronta y vieron algo más en la canción y lo expresaron, a su modo.
Lo que prueba –y usted perdone–, por una vía curiosa y lateral, aquello que dice santo Tomás de Aquino:
"Por esto dice Aristóteles, en III De anima, que el alma es en cierto modo todo, porque está hecha para conocerlo todo. Y según este modo, es posible que
en una cosa exista toda la perfección del universo."
(...Et ideo in III de anima dicitur, anima esse quodammodo omnia, quia nata est omnia cognoscere. Et secundum hunc modum possibile est ut in una re totius universi perfectio existat (De Veritate q.2, a.2 in c.)