De las versiones para piano de las Suites francesas de J. S. Bach que oí, la de la rusa Tatiana Nikolayeva, es la que más me gustó.
Caso curioso el de esta mujer que se hizo mundialmente famosa después de la caída de la URSS, unos pocos años antes de morir, a los 69 años en 1993. Parece que, comunista convencida, fue muy premiada en su tierra durante los años de la revolución y el gobierno bolchevique, ya desde sus años juveniles. Talentosa como compositora y concertista (murió poco después de un ACV que tuvo en un concierto, precisamente, en San Francisco), a Dmitri Shostakovich le era sumamente valiosa.
Y si Shostakovich lo dice...