Italia y Francia nos parecemos en varias cosas.
Una de ellas es la costumbre de ocultar sutilmente las dificultades artísticas. Hasta que la obra resulte sencilla. A veces hasta casi elemental.
A l'Ombre d'un Ormeau: Brunettes & Contredanses, es el título de un volumen que grabaron Les Musiciens de Saint-Julien, siempre bajo la dirección de François Lazarevitch, y ahora con la presencia de la soprano Annie Dufresne.
Ormeau, por ejemplo, es dos cosas: un olmo pequeño y un molusco. Brunettes, por su parte, son breves canciones de tema pastoril.
Son del siglo XVII y XVIII las composiciones que aquí quedan. Algunas anónimas, algunas de autores consagrados, otras de autor menos famoso. Populares todas. Todavía en aquellos siglos algo sano quedaba en los pueblos como para apreciar estas pequeñas muestras de belleza.