lunes, junio 12, 2017

Y tan tanto




No se olvidan así como así los grandes amores antiguos. Si son amores, claro. Y de tanto en vez uno vuelve a ellos.

Y de vez en tanto, ellos a uno.

Por decir algo, el cello.


También está que empecé a oír a Antonio Vivaldi cuando estaba chico todavía. Lo aprecié. Pero no lo había gustado todavía. Y seguí oyéndolo.

Con los años, vi que conocer las más de 800 obras de este hombre era imposible. Siempre aparecía algo que ni sabía. Hasta que advertí que no conocía -ni llegaría a conocer bien- ni un décimo de su obra.

Vea, si no. Dos catálogos, como éste y éste, juiciosos y diría completos (no siempre, porque cada tanto aparece algo desconocido...), dan una idea de lo que digo.

Qué remedio: hay más Vivaldi que el que un servidor pueda oír.

Llegué hace poco a estas seis sonatas para violoncello y bajo continuo, un opus 14 de 1740. Aquí quedan.


Bruno Cocset, es el violoncello.

Lo acompañan Les Basses Réunies con instrumentos que tienen el sonido de la época:

Blandine Rannou, clave y órgano
Pascal Monteilhet, tiorba y guitarra barroca
Richard Myron, contrabajo y violone