Hija y hermana de músicos notables, Francesca Caccini -hija de Giulio- parece que solía componer frecuentemente para cantar sus propias composiciones, cuando eran cantadas.
No estoy seguro de que eso esté mal. Además, Claudio Monteverdi reconoció en sus días que tenía un talento supremo, una voz exquisita y un virtuosismo elegante para los instrumentos de cuerda. Él sabrá por qué lo dijo.
Se conserva Il primo libro delle musiche, única muestra sobreviviente de sus obras en solitario que se desparramaron por la Florencia de la primera mitad del XVII, cosa que los Medici pagaron con generosidad. Se sabe además que fue la primera mujer en componer una ópera: La liberazione di Ruggiero dall'isola d'Alcina.
Cuatro años menor fue Settimia, también compositora, de la que, a modo de muestra, queda aquí un último brano.