Me dicen que la abadía de Le Thoronet es una joya del arte arquitectónico cisterciense (románico del siglo XII) en la Provenza francesa y, por lo que vi, así parece.
Allí se grabó la Messe de Notre Dame de Guillaume de Machault y lo hizo el Ensemble Gilles Binchois que fundó en 1979 Dominique Vellard y que todavía dirige. Binchois, dicho sea de paso, es un afamado compositor belga del XV a quien homenajearon de este modo.
Machault es un compositor notable de música profana y religiosa del siglo XIV, que lleva el mote de gran artista y de innovador, especialmente en los prolegómenos de la polifonía. Esta misa dedicada a Nuestra Señora, por ejemplo, es el primer ejemplo del ars nova en este rubro, como obra salida de la mano de un solo y mismo autor. Ars nova, por su parte y más allá de sus variedades francesa o italiana, es una modalidad de composición que introdujo grandes cambios en las partituras, notaciones e interpretaciones de la música y el canto en aquellos tiempos y que fue el antecedente de mayor influencia para la modernidad musical hasta el siglo XVII, según dicen y así parece.
La vida de Guillaume de Machault es en cierto sentido apasionante por lo azarosa y algo agitada. Pero eso, entiende un servidor, no viene a cuento ahora.