¿Y usted cree que me iría yo del oboe -siquiera un poco- sin Vivaldi?
Imposible.
¿Qué? ¿Tiene que ser que haya una lluvia fina y un cielo gris plata que mire a este mundo sublunar con el ceño leve pero fieramente entrecejado? ¿Sólo así suena el oboe? ¿Usted sostiene que oboe y melancolía son sinónimos inarrugables? ¿Este día de viento suave y sol vivo, una mañana de primavera como inmutable, dice usted que no se merece un Vivaldi componiendo para oboe?
Nones, fratello: hay más música en todas partes y de tan distintos rangos, en este valle y en el cielo sobre este valle: mucha más que la que usted pulsa en sus filosofías...
(Oiga, compadre: no haga que piense que usted no entiende nada de nada....)
Están estos seis conciertos de Antonio Vivaldi para oboe, cuerdas y bajo continuo.
Otra vez Heinz Holliger al oboe, con I Musici esta vez; al bajo, Klaus Thunemann.
(Pueden acompañarse, a la sombra de algún árbol noble, con un buen vino, mientras oye la gloria del día ir hacia el oeste...)
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El programa:
1. Concierto para Oboe en Do mayor, RV 452 0:00
2. Concierto para Oboe en re menor, Op. 8 N° 9/RV 454 6:37
3. Concierto para Oboe, cuerdas y bajo continuo en Sol mayor, RV 545 15:05
4. Concierto para Oboe en Do mayor, RV 446 25:19
5. Concierto para Oboe en la menor, RV 463 34:17
6. Concierto para Oboe en Do mayor, RV 447 44:05