domingo, junio 16, 2013

Como dos extraños

La madrugada es para el tango.

Con unos amargos y tabaco del fuerte, mejor. Y si está fresco, más.

Y en eso andaba recién, cuando oí una versión de Fuimos, una de Alberto Marino con Pichuco Troilo.

Me acordé de la de Roberto Goyeneche y la busqué.

Y después siguieron con Fruta amarga y otra vez volví a Goyeneche porque también tenía a mano una versión suya que había recopilado.


Sí, veramente: como dos extraños. Parece mentira que un mismo tango dé resultados tan distintos y más en el segundo caso que en el primero.

Claro, es la interpretación y todo eso...: qué cosa le ve y qué jugo le saca cada uno a lo que le ponen en la mano.


Para no desairar el título de la entrada, Como dos extraños, por El Polaco, el último, acendrado.

Eso era todo.


Y a seguir con el mate, que falta para que vaya clareando.