jueves, octubre 25, 2012

Sunu gaal



Bajé a la ciudad hace unos días. Sobre la vereda, en la estación terminal, había los habituales puestos de cosas brillantes que venden los africanos y peruanos. Quería un reloj y mi necesidad de saber el tiempo no pensaba gastar mucho.

El muchacho era de Senegal y sabía vender, lo suficiente. Pero la conversación salió de las chucherías y se fue a África, a sus gentes. Y a su música. Su español y su francés eran con mucho mejores que mi wólof, de modo que nos entendimos. Y coincidimos en varios autores. Me dio la impresión de que era persona con cierta educación, esto es, con capacidad de discernir más allá de las variantes de cumbias africanas.

Estaba tan sorprendido y contento con que conociera a los desconocidos que casi no me cobra el reloj. Casi.

En su homenaje, unas muestras africanas.

El tema principal fue el kenyata Ayub Ogada, de manera que se lleva las palmas aquí y canta Kronkronhinko, Ondiek, Kothbiro, Dala y Salimie.

Pasando a Mali, y un poco a Cabo Verde, Salif Keïta canta Yamore, con Cesaria Evora y ella con Bonga, el angoleño, canta Sodade. El camerunés Henri Dikongué cierra el lote con Wen te mba wengue.