Los que saben, dicen que el oratorio Juditha triunfans devicta Holofernes barbarie (1716), de Antonio Vivaldi, es el único que se conserva completo de los que compuso.
Tiene una cantidad de asuntos interesantes alrededor. Por ejemplo que el libreto está enteramente en latín, inspirado en el Libro de Judith y en la épica de esta mujer judía frente a los asirios y su rey Holofernes, a quien decapitó, como ya se sabe. Como era obra compuesta para el Ospedale de la Pietà de Venecia, todos los papeles fueron interpretados por jóvenes internas, igual que la orquesta. También están los turcos mezclados en la partitura y el texto, como una celebración veneciana por las victorias recientes de Venecia ante los otomanos. Y cosas así. Por otra parte, los méritos musicales y literarios de la obra están discutidos por los que siempre discuten los méritos de las obras. A mí me alcanzó con lo que oí.
Esta versión que dejo es muy reciente, de agosto de 2020.
Ahora bien. Lo que a mí de veras me atrajo, es haber descubierto que el papel protagónico lo tiene la mezzo Luciana Mancini, muchacha de raíces chilenas pero nacida en Suecia, a la que me encuentro casi siempre en partituras barrocas, tanto americanas como europeas. En este caso, se me hace que alcanza el registro de contralto con facilidad. Y con la dulzura –en la voz– que es la característica que me gusta de ella.