Como saben los que saben, hay varias formas de escribir y pronunciar esa fiesta del solsticio de invierno entre los nórdicos y germánicos y paleoingleses. También saben lo que significa. Para el resto de los mortales, no queda más remedio que averiguar de qué se trata.
Con el tiempo, la fiesta del solsticio invernal pagana llegó al puerto del cristianismo. Ya la tenían los romanos también con los festivales del Sol invicto, que vence a las tinieblas, en el tiempo en el que los días comienzan a ser más largos que las noches.
El Sol era Cristo antes que los paganos hubieran visto la luz del valle de este mundo. Porque Cristo es la Luz.
Entre los nórdicos de la alta edad media la cosa fue igual que en el resto del mundo al que llegó la Cruz.
Y fue así como Juletid (el tiempo de Jul) fue entonces la Navidad.
De eso trata esta selección de Kirsten Bråten Berg, investigadora de canciones y músicas tradicionales noruegas: antiguos himnos de Navidad de aquellas partes más frías que nuestra pampa fría de estos días de solsticio invernal.
Dicen que uno de los rituales paganos de aquellas fiestas, era mantenerse despierto durante toda la noche fría, esperando la llegada de la luz del día.
Nada nuevo: los hombres hacen eso desde que salieron del Paraíso: estar en vela una larga noche fría hasta que llegue la Luz.