En 1993, la Schola Gregoriana de Cambridge, junto con miembros del coro de la Catedral de Winchester, todos dirigidos por Mary Berry, grabaron un disco en el que incluyeron obras de canto llano de Pedro Abelardo, entre otras composiciones del siglo XII y XIII.
Llamaron a la obra Abelard: hymns & sequences for Heloise, y eso porque varias de las que contiene el volumen le fueron dedicadas por él a ella. Más allá de las polémicas de todo tipo que se suscitan alrededor de la vida y la obra de Abelardo, sin duda era hombre de talento superior en varias materias y aquí queda demostrado en poesía y música. Claro que tener talentos no siempre alcanza para ser un gran hombre, eso es sabido.
Hay mucho dicho sobre este asunto. Pero meses atrás leí por allí una exposición sobre Eloísa que, además de parecerme atinada, dejo ahora como paisaje de estas materias tan arduas como inquietantes.
Por lo demás, es casi irónico que haya en el programa del disco obras atribuidas a san Bernardo y a monjes benedictinos y cistercienses.
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El programa:
1. O quanta qualia
2. Dolorum solatium
3. Benedictino: Suscipe
4. Mater salvatoris
5. Ne derelinquas me
6. Drama litúrgico: Sponsus
7. Epithalamica
8. Magnus salutis gaudium
9. San Bernardo: Quam pium
10. Cisterciense: Fulcite me floribus
11. Cisterciense: Dum esset Rex
12. De Profundis
13. Lai: Samson dux fortissime