jueves, junio 07, 2012

Guitarra, voz y bandoneón


Y otra vez la voz de esta niña que decía.

Por lo pronto, su versión de la Milonga baya es delicada pero tiene carácter.

Y, después, esto que ya decía la vez pasada: La tangués, una descripción de algo muy difícil de manear, que compuso y canta Rafael Amor.

Ayer, casualmente, un colega me decía de su angustia por explicarle a los adolescentes qué era el tango, y su ansiedad, mayor aún, porque llegara a gustarles y llegaran a gustarlo.

Difícil, vea, muy pero muy. Hay que tener años. Y tiene que haberte pasado algo, siquiera la vida, para que se apareje uno con el tango. ¿Haber sufrido? Puede ser, no necesariamente. Muchos han sufrido, más que lo que el tango requiere, y no lo quieren nada. Castellani, por ejemplo.

Pero es verdad, creo, que hay un pathos que exige el tango, lo reclama como una contraseña. Y si no le hay, no le hay.

Creo que Amor hizo el esfuerzo de asir lo insasible y no le salió mal.

Pero.

Es difícil la tangués...




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De un asunto de Rafael Amor tendré que hablar aqui o en otra parte o en ambas, que es tanto música como otras cosas.