Mélanie Bonis fue una parisina compositora de cientos de obras, más bien breves. Vivió entre 1858 y 1937. Tuvo una vida curiosa. Durante unos cuantos años dejó de componer, para atender su casa y a sus tres hijos, fruto de un matrimonio arreglado por sus padres con un hombre que le llevaba 25 años.
Se encontró al tiempo con un viejo amor de juventud, volvió a la composición, tuvo un asunto con él y de allí nació una hija.
La acompañaron buenos maestros en el Conservatorio de París. Se la conoce poco y casi siempre con el nombre de Mel, una estratagema de la propia Bonis para sortear la resistencia a que hubiera mujeres compositoras.
Mujer de la belle époque, sus partituras suenan a esas músicas que llaman decadentes. Será, no lo discuto. Pero admitamos que esa decadencia musical era bastante más armoniosa que las que vinieron después.