Renata Dubinskaité es lituana.
Tiene, a mi gusto, al menos tres notas que me la hacen atractiva: es mezzo, es casi imposible conseguir datos de su carrera y vida y fue discípula de la tandilense María Cristina Kiehr, que más de una vez fue invitada aquí.
Pero hay una cuarta cosa: canta a Barbara Strozzi (y dicen que con gran calidez y calidad barroca).
La veneciana Strozzi es una de las compositoras más prolíficas del XVII italiano, que ya es decir. Hija de un noble y su sirvienta, tuvo una vida dura por su doble condición de bastarda y compositora, pero eso no fue un impedimento para frecuentar la belleza. Como debe ser, claro.
Quienes editaron este trabajo que queda aquí (con asuntos profanos y religiosos), advierten lo que ya se sabe: Strozzi frecuentemente componía para voce sola, sin instrumentos. Y la voce sola, habitualmente, era la suya.