martes, julio 30, 2013

Juan




Cosas nuevas, tiempos viejos.

Así, pasados más de treinta años, me (re)encontré con Juan Trepiana, al piano.


Creativo, buen gusto. Tango de otro modo.

Tres solo: Nada, Niebla del Riachuelo, Como aquella princesa.

Y otras con Fabián Bertero al violín: Fuimos, La cantina, Milonguita y El choclo.



sábado, julio 27, 2013

Soldaditos de plomo



Ah, sí..., viera usted: la música viene a uno de cualquier lado.

Por ejemplo.

Está todo ese mamarracho reciente en el ejército argentino y eso de que los montoneros defienden a un oficial del ejército acusado por lo montoneros, y eso de que algunos que habitualmente defienden a los militares acusan a los montoneros de defender a los militares acusados por los montoneros...: dígame la verdad..., ¡qué mamarracho!

Y ahí fue que me acordé de una especie de cuasi marchita que compuso y publicó Víctor Heredia allá por 1983.

Y fíjese por dónde, además: me acordé de que se decía que Víctor Heredia era militante del Partido Comunista hasta que se fue porque el Partido Comunista parecía que apoyaba a... Jorge Videla y al Proceso de Reorganización Nacional, que -dicho sea de paso- por los finales de los '70 desobedecía el bloqueo económico de EE.UU y parte de Europa a la URSS -por la invasión a Afganistán- y le vendía granos y otras cosas a los soviéticos...

En fin.


La marchita es tan bifronte y agridulce como todas esas historias y vea usted mismo si no.

Dejo dos versiones de Aquellos soldaditos de plomo, la de 1983 y una más reciente.



jueves, julio 25, 2013

martes, julio 23, 2013

Manila




¿Conoce las Filipinas? ¿No? ¿De veras?

Pensé que sí.


Pues vea, a ver si oyendo se hace una idea de la mezcla de oriente y España y vaya a saberse cuántas más cosas.

Una muestra hay aquí de viejas canciones.
1. Sa Kabukiran (Sylvia La Torre)
2. Alimukon (Tres Rosas)
3. Batangueña (Sylvia La Torre)
4. Moza del Pásig (Guillermo Gómez Rivera)
5. La jota filipina (Guillermo Gómez Rivera)

Hay también algo más nuevo, pero no tan reciente. Un conjunto Asín:
6. Balita
7. Bahay Kubo
8. Dandansoy (canción de cuna)
9. Himig ng Pag-Ibig

Ahora: si ve que las melodías le suenan familiares pero el español le suena raro, o no entiende bien del todo el tagalo o alguna que otra palabra de las lenguas bisayas, no se inquiete.

A todos nos pasó alguna vez.


sábado, julio 20, 2013

Wellington

Una estupidez. Y una estupidez mediocre, aunque ingeniosa en parte.

Y no es que lo diga un servidor, quién soy yo.

En todo caso no es que se me ocurra a mí, aunque sin poder juzgar del todo la cuestión tiendo a estar de acuerdo con quien dicen que lo dijo.

Beethoven, Ludwig.

Porque, según algunos entendidos, él mismo, el autor, consideró su obra como una estupidez, teniéndola por mediocre, más allá de que hubiera sido un fabuloso éxito en sus días.

Se trata de la Wellingtons Sieg, op. 91, también conocida como El triunfo de Vitoria, una sonora mezcla orquestal (con casi doscientos cañonazos y todo) que, si no me equivoco mucho, parece más bien una burla del triunfo de Vitoria, que fue el de las tropas al mando del Duque de Wellington, aunque se supone que es un homenaje de un ex bonapartista como Beethoven (suya es la Heroica dedicada a Bonaparte) que ahora consideraba un tirano insufrible a Napoleón y se alegraba de la derrota francesa en España.

El que perdió la batalla fue José, el hermano del corso famoso, y tal vez eso haya hecho que Ludwig no se esmerara a su altura en los compases y vistosos refritos (como la inclusión de la burlesca Mambrú al lado de la soberbia Rule, Britannia!), ingeniosos y con su sello, eso sí.

En fin.

Algo se disfruta ese batifondo de 15 minutos.

Tal vez ser Beethoven a veces no alcanza y, si es verdad que pensaba eso de su propia estratagema musical, no se engañó a sí mismo, lo cual habla bien de él, después de todo.

jueves, julio 18, 2013

Estoy despierto

Así se traduce el gaélico Tá mé mo shuí, que es el título de una bonita balada tradicional irlandesa.

Está aquí, además, porque uno de sus versos hace de epígrafe de un soneto que he dejado en otro lugar.

Quedan aquí tres versiones de esta canción. Son distintas y cada cual tiene su aire.

Los intérpretes son Clannad, Altan y el Cór Thaobh a' Leithid, un coro irlandés de Gweedore, en Donegal.




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Para los interesados, queda aquí la letra de la balada. Está en gaélico, con su pronunciación y una traducción que reconstruí con materiales de fuentes distintas, y no porque un servidor hablé la lengua.

Tá mé mo shuí ó d’éirigh’n ghealach aréir
[taw mey muh hee, o jye-reen ghyallakh uh-rair]
Estoy despierto desde que la luna se levantó anoche,

Ag cur teine síos gan scíth is á fadó go géar
[egg cur tchinna shees gan shkee iss a fado guh gyair]
reavivando el fuego todo el tiempo y manteniéndolo encendido,
 

Tá bunadh a tí ‘na luí is tá mise liom féin
[taw bunna a tchee nuh lee iss taw misha lumm heyn]
la familia descansa y aquí estoy solo conmigo mismo,
 

Tá na coiligh ag glaoch ‘san saol ‘na gcodladh ach mé.
[taw nuh kullee egg gleykh sunn seel nuh gulla akh mey]
los gallos cantan y el mundo duerme, salvo yo.
 

‘Sheacht mh’anam déag do bhéal do mhalaí is do ghrua
[hakht wanumm jyeg duh veyl duh wallee iss duh ghroo-a]
Amo tu boca, tus cejas y tus mejillas,
 

Do shúil ghorm ghlé-gheal fár thréig mé aiteas is suairc
[duh hool ghorem ghley-ghyal fawr hreg mey atchiss iss soo-erk]
tus ojos azules y brillantes por los cuales dejé todo contento;
 

Le cumha do dhiaidh ní léir dom an bealach a shiúil
[leh cuwee do ghyee-a nee leyr dumm unn bellakh a hyool]
por anhelarte, no puedo ver adónde voy;
 

Is a charaid mo chléibh tá na sléibhte gabhail idir mé ‘s tú.
[iss a kharid muh khleyv taw nuh sleyv-tcha gawl idjir mey stoo]
amiga de mi corazón, las montañas están entre tú y yo.
 

Deireann lucht léinn gur claoite an galar an grá
[jyerenn lukht leyn gur kleetcha unn galar unn graw]
Hay sabios que dicen que el amor es una enfermedad fatal,
 

Char admhaigh mé é no go raibh sé ‘ndiaidh mo chroí istigh a chrá
[khar admee mey ey no guh row shey nyee-ah muh khreeshtee a khraw]
nunca lo creí hasta ahora, en que mi corazón está partido;
 

Ó aicid ró-ghéar, faraor nár sheachain mé í
[oh akid ro-ghyair, farair nawr hyekhin mey ee]
es una muy dolorosa enfermedad, que no evité,
 

Chuir sí arraing is céad go géar trí cheart-lár mo chroí.
[khweer she arreng iss keyd guh gyair tree khyairtlar muh khree]
y que punza con cien flechas el centro de mi corazón.


Casadh bean-tsí dom thíos ag Lios Bhéal an Átha
[casoo ban-shee dom hees egg liss veyl unn aw]
Encontré a una hechicera cerca de Béal an Átha,
 

Is d’fhiafraigh mé díthe an scaoilfeadh glas ar bith grá
[iss jiwra mey jeeha unn scwillya glas air bih graw]
y le pregunté si podía librarme de este amor;
 

Is é dúirt sí os íseal i mbriathra soineannta sáimh
[iss ey doo-ert she os isheyl i mrih-ra sinenta sawv]
ella me contestó suavemente y con palabras simples:
 

“Nuair a théann sé fán chroí cha scaoiltear as é go bráth.”
[nooer a heyn shey fawn khree kha skilteer ahs ey guh braw]
"cuando el amor entra en el corazón, ya no se irá de allí..."

martes, julio 16, 2013

Niñas griegas

Que canten.

Que para eso existen.

Y para mí es suficiente.


Savina Yannatou.

1. Ferte mou ena mandolino
2. Mera merose
3. To pouli
4. Smirnaiko minore
5. Hartino to fengaraki


Nana Mouskouri

1. Athina
2. Samiotisa
3. Aspri mera
4. Pame mia volta sto fengari
5. Hartino to fengaraki


lunes, julio 15, 2013

Volver, volver

Se trata de Volver, volver, de Fernando Zenaido Maldonado Rivera, pero también de No volveré de José Alfredo Jiménez.

Y estas dos canciones mexicanas están aquí por varias razones.

La primera, por supuesto, es porque son bonitas. Hay de ellas muchas versiones (por ejemplo Volver, volver la hizo famosa Vicente Fernández en la década del '70, en una interpretación ya canónica), pero elegí que ambas las cantara aquí Chavela Vargas.

La segunda razón es porque están relacionadas -siquiera simbólicamente- con otros asuntos que estoy tratando en otra parte y sirven para amenizar -tal vez, lejanamente, ilustrar- lo que voy diciendo por allá.

Y si alguien sugiere que es cosa mía, tiene razón.

domingo, julio 14, 2013

La parecida

No sé cuándo habrá sido que Agustín Carabajal compuso La parecida y me gustaría saber, más que cuándo nació, por qué se llama así esta chacarera, que es una de las que más me gusta.

Tal vez importe recordar para lo que sigue que Agustín formó parte de la primera versión de Los Carabajal, hasta que se fue a formar Los manseros santiagueños.

Lo que dejo aquí ahora es como si dijera cierta evolución en la interpretación de esta bonita pieza.

Por su parte, una otra cuestión a resolver sería si el bombo es o no el personaje principal en la instrumentación, así como si es más adecuado el violín o el bandoneón.

Señores, estas y otras cuestiones quedan a su entero juicio.

Hay que empezar por Los manseros santiagueños para el origen. Algunas versiones en esa línea hay, como la de los salteños Los ceibales. Y tal vez ese tramo se cierre con el Dúo Coplanacu.

A partir de allí -en buena medida por influjo de los Carabajal, los nuevos...-, se incorporan instrumentos y dicciones. Aunque no muy conocidos, están los casos de Abel Pérez y Las voces del atardecer así como de Los Reynoso, santiagueños ambos.

En esta línea, pero llevando las cosas a otro plano bastante sorprendente, está la versión del salteño Timoteo Dino Saluzzi.


En fin, sólo un paseo rápido por La parecida y lo que va de una cosa a la otra de la misma cosa.


Y eso es todo por ahora, mis estimados.



sábado, julio 13, 2013

Barboza



 Linda la tarde.

Ese aire exhausto de plantas y pájaros y la tierra que parece que tiembla de agua todavía, después del aguacero.

Un vientito casi tibio (ah, agosto, el impaciente...) y unos amargos, tabaco y mate, viendo al sol escabullirse. ¿Qué más?

Tarde de sábado. Lindo.

Y unas músicas al compás de esa quietud feliz.

 Raulito Barboza, muy atinado y sereno.

Sí, señor.

1. Al trotecito
2. Conscripto Bernardes
3. El gaucho mimoso
4. General Madariaga
5. Cadencias
6. A Santo Tomé
7. Chamigo Franco


Y a esperar la noche y el fuego.


jueves, julio 11, 2013

Pablo

Hace mucho tiempo que tendría que haber estado aquí y no estuvo.


Cosas de la vida.


Faltaba. Pero ahora no falta.

Cosas de la vida.

No es todo, claro. Pero es lo que tiene que estar. 

1. Si ella me faltara alguna vez
2. Ya ves
3. De qué callada manera
4. Para vivir
5. Años
6. El breve espacio en que no estás
7. La soledad
8. Eso no es amor
9. Yolanda (con Silvio Rodríguez)
10. Rabo de nube (de y con Silvio Rodríguez)

Ahora, -apenas un poco tarde, pero no demasiado tarde- lo que tenía que haber de Pablo Milanés está.


Cumplido.


jueves, julio 04, 2013

D'Oro


El sevillano Francisco Guerrero vivió casi entero el siglo XVI, que no es poco. Precoz y talentoso, hizo música de casi todo lo que encontró a mano, de lo sacro a lo profano. Y lo hizo muy agradablemente.

Me gustan sus partituras para obras literarias, como las del magno Garcilaso o las que compuso inspirado en los Cancioneros.

Es una de las glorias del Siglo de Oro español.

Una muestra de lo suyo queda aquí, por intérpretes varios.

1. Si tus penas no pruevo (De Lope de Vega)
Música Ficta - Ensemble Fontegara.

2. Oh más dura que mármol (De la Égloga I de Garcilaso de la Vega)
Carlos Mena - Contratenor
Juan Carlos Rivera - Vihuela

3. Cançiones (Ministriles de la Misa para San Isidoro de Sevilla)
Gabrieli Consort & Players (Paul McCreesh)

4. Maria Magdalene et altera Maria (Motete de Pascua - Mc. 16: 1-2, 5-6)
The Tallis Scholars

5. Qué buen año (Canciones y Villanescas espirituales, N° 58)
Victoria Musicae (Josep R. Gil-Tàrrega)

6. Todo quanto pudo dar (Canciones y Villanescas espirituales, N° 49)
Musica ficta - Ensemble Fontagara

7. Soneto XIII (De Garcilaso de la Vega)

8. Glosas sobre Hermosa Catalina
Jordi Savall - Viola da gamba soprano.
Christophe Coin - Viola da gamba baja.
Bruce Dickey - Cornetto.

9. Si la noche haze escura (Del Cancionero de Uppsala)
Accademia del Piacere
Raquel Andueza

10. Ojos claros serenos (Madrigal de Gutierre de Cetina, Cancionero de Medinaceli)
Hespérion XXI - Jordi Savall

11. Prado verde y florido (Del Cancionero de Medinaceli).
Hespérion XXI - Jordi Savall.