jueves, junio 06, 2013

Cuba


A Cuba se llega desde donde usted quiera, poco más o menos. Y si es cuestión de música, desde Andalucía hasta África. Siempre por el mar, se entiende. Es La Isla.

A mí la música de estos señores me cae bien, habitualmente.

Se ponen un poco pesados cuando hacen panfletos, eso sí. Aunque es verdad que los hacen con toda clase de ritmos y arabescos y con palabras líricas y todo eso: pero son rehenes, no arte.

Sí..., es lo que pasa: la belleza está en las cosas, no en la mano, ni en el ojo, ni en la boca, ni en los pies. Para saber eso, y que le salga a uno regularmente bien, hay que ser más artista que militante. Y más hombre que artista, si me apura. Difícil.

Pero.

Una radio vieja suena en una habitación con ventilador de techo y balcón a la calle. Y una calle medio empedrada por la que pasan muy de tanto en tanto autos viejos y carros, si cuadra. Atardece muy lentamente, aire de mar, humedad de las sierras que baja morosamente. Luz de bronce en todas las cosas. Unos niños descalzos juegan en la esquina. Dos comadres conversan en la vereda mínima. Unos vagos, apoyados contra una pared descascarada, planean una noche de copas. En una mesa, en plena calle, cuatro viejos -dos son mulatos y uno negro- juegan un juego de cartas interminable. En un zaguán, que da a una escalera oscura, tres muchachones, una vieja y una joven negra, hacen música: una guitarra, un tres, un bongó y las voces acopladas de todos. Huele dulce, huele a tabaco y a mar y a tierra húmeda.

Por la radio, se oye que cantan Celina y Reutilio, incansables. Ella con su voz que estalla, él -el amor de su vida- apagado, detrás, sonorizando más que cantando, con guitarra como si fuera su segunda voz.

Salsa, mambo, rumbas, las décimas del magnífico punto cubano, son, guajiras. La Isla parece que bailara. Se mezclan raíces y sonidos, creencias y dichos. Todo mezclado, como es en Cuba.

1. Yo soy el punto cubano.
2. Alborada guajira
3. La casa de Yagua.
4. Tumba la caña.
5. Anda.
6. Mi bohío.
7. A la Caridad del cobre.
8. Tristeza guajira.
9. Canto a Borinquen.
10. A caballo vamos pa'l monte.

Se viene la noche. La calle queda vacía o casi. Los ruidos entran a las casas y salen de allí en forma de voces, de risas, sonidos de cacharros, arreos de comidas, perros de voz ronca. Hace calor, pero se cuela por todas partes una brisa de mar.

Y María Teresa Vera que canta Veinte años y, divertida, al final, Sobre una tumba una rumba.