viernes, enero 04, 2013

Tiene sentido


Es tradicional de Venezuela y he oído varias versiones de todo tipo.

Se trata de un polo y más precisamente un polo margariteño.
En Venezuela, el polo es una forma musical típica de las regiones de la costa oriental. A menudo se lo conoce como polo margariteño, por su importancia en la Isla de Margarita; sin embargo, a lo largo de todo oriente se cantan polos.

Como forma musical, se toca en un compás de 3/4 o 6/8 (o ambos) a una velocidad moderada. La melodía evoluciona sobre una variación de cuatro acordes, y se cantan versos que varían dependiendo de la canción. Normalmente es tocada con cuatro y maracas, aunque no posee una instrumentación estricta y como toda música folclórica es adaptable a pequeños y grandes ensambles.

Su estrucutra armónica es similar a la romanesca de España/Italia del siglo XVII.
Eso dicen los expertos, pero de eso ya se sabe que no sé.

De El cantar tiene sentido hay versiones por allí dichas hasta por Amancio Prada, y así de ancho se va el asunto si uno se pone a buscar.

Después de un rato largo, me quedé con las que traigo aquí. Y, aun entre éstas, tengo mis preferidas, cómo no. Pero es cosa mía.

Usted elija lo suyo.

Así que allí van la hija de Violeta Parra, Isabel, chilena; la venezolana Cecilia Todd y la hispano-venezolana Soledad Bravo; la brasileña Miriam Mirah y la mezzo Luciana Mancini (no me crean, pero dicen que es chileno-sueca...) que canta aquí con el conjunto L'Arpeggiata, de probada sapiencia.

Antes de irme, advierto que el cuatro venezolano es un instrumento que me suena magnificamente; de regalo, al fin, dejo una letra típica aunque, popular como es y como se ve al oír, los versos entran y salen según quién lo cante y cuándo y por qué.
El cantar tiene sentido,
entendimiento y razón.
La buena pronunciación
es instrumento al oído.

Mira ese lirio
que el tiempo lo consume,
y hay una fuente
que lo hace florecer.
Tú eres el lirio,
¡ay! dame tu perfume,
que yo soy la fuente,
déjame correr.

La garza prisionera
no canta cual solía cantar,
en el espacio
y en el dormido mar.
Su canto entre cadenas
es canto de agonía,
¿Por qué te empeñas pues, Señor,
su canto en prolongar?

¿Qué hago yo solo en el campo,
qué hago yo en el campo solo?
Yo no enamoro ni canto,
yo no canto ni enamoro.

Suspira la brisa,
suspirando lejos,
y abre el capullo
de una blanca rosa.
Sale el gusano
de su prisión de seda,
y se convierte
en linda mariposa.

El cantar tiene sentido,
entendimiento y razón.