domingo, enero 20, 2013

Spasiuk, avá (actualizado)


¿Cómo que no?

¿Por qué no? ¿Porque no es avá-avá? ¿Avá de veras de pelo duro..., dice usted?

¡Pero, por favor...!

Quien puede lo más, puede lo menos.

Aquí quedan estas músicas, para que vea. Y después hablamos.

Alvear orilla (grabada en vivo en un memorable programa de Canal Encuentro)
Tren expreso.
La ponzoña.
Mal dormido.
Mi casa, mi pueblo, la soledad (en vivo)
Infancia.
Schotis de la tuna.
Polca rural.
El camino.
Chamamé crudo para Gabriel Villalba.
Starosta. Sombrero de paja.

Y de regalo, con Raulito Barboza, esta joya: La colonia (ya voy a conseguirme todas las que grabaron juntos...)

Por eso.



No sé de qué tenemos que hablar.


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Pero

Como suele pasar, vuelve uno a buscarlo  y ya no está.

Por eso, ahora en 2019, hay que volver a oírlo, recuperando lo que se fue, a cómo dé lugar.

Con agregados nuevitos, como el concierto de París con Raúl Barboza.









Y uno de los que llaman bonus track.

Pynandí. Para don Juan Ignacio.








domingo, enero 13, 2013

Core 'ngrato


Salvatore Cardillo nació y murió en Nápoles y aprendió música en Italia, antes de irse a los EE. UU. a los 30 años, en 1903.

Allí, en 1911, compuso la música de la famosísima Core 'ngrato, se dice que para Enrico Caruso, con unos versos de Riccardo Cordiferro, nombre de arte del calabrés Alessandro Sisca, también radicado en Nueva York, para esa época.

La canción es el lamento creciente y desgarrado del amante desahuciado por una Catalina que ya no lo quiere más y se lo dice, parece que con insistencia indolente, llevándose así con ella, y sin que le importe, el aliento de vida de un corazón roto.

Según se dice, a ninguno de ambos dos autores la composición le era gran cosa, aunque una vez llegada a Nápoles, la canción se transformó en un emblema y en la primera canzone napoletana existosa proveniente de emigrantes a los Estados Unidos.

De allí en más, además de Caruso, todo el mundo grabó esta pieza.

Aquí quedan ejemplos tenorísticos de los líricos, cada cual en su estilo, por cierto: Tito Schipa, Carlo Bergonzi, Carlo Buti, Franco Corelli, Luciano Pavarotti.

Intermedio sería el caso de Tino Rossi y más popular el de Roberto Murolo y Sergio Bruni.

Y dos casos particulares.

Uno es la rareza del tenor griego Ulysses Lappas que canta... en griego, claro.

Otro es el de Vinicio Capossela. Hijo de padres oriundos del sur de Italia, de la Campania, nació en Alemania y se crió en la Emilia-Romagna. Vive hace más de 20 años en Milán. Hijo musical, de alguna manera, del modenés Francesco Guccini, Capossela es irreverente como él. Aquí explica en vivo el dramatismo y el sentido del dolor del amante despreciado, con graciosos comentarios teológicos de un agnóstico italiano comecuras, típico del Guareschi de Peppone, casi, diría.



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La letra queda aquí para los degustadores del napoletano.
Core n'grato

Catarì, Catarì,
Pecchè me dice sti parole amare,
Pecchè me parle e 'o core
Me turmiente Catari?

Nun te scurdà ca t'aggio date 'o core, Catarì
Nun te scurdà!

Catarì, Catarì, che vene a dicere
Stu parlà, che me dà spaseme?
Tu nun 'nce pienze a stu dulore mio
Tu nun 'nce pienze tu nun te ne cure

Core, core 'ngrato
T'aie pigliato 'a vita mia
Tutt' è passato
E nun 'nce pienze cchiù!

Catarì, Catarì,
Tu nun 'o saie ca 'nfin 'int'a 'na chiesa
Io so' trasuto e aggio priato a Dio, Catarì
E l'aggio ditto pure a 'o cunfessore:
I' sto a suffrì
Pe' chella llà!

Sto a suffrì,
Sto a suffrì, nun se po' credere,
Sto a suffrì tutte li strazie!
E 'o cunfessore ch'è persona santa,
M'ha ditto: Figlio mio, lassala sta', lassala sta'

Core, core 'ngrato
T' aie pigliato 'a vita mia
Tutt' è passato
E nun 'nce pienze cchiù!



martes, enero 08, 2013

Triste paica, pobre mina



Así es el tango, qué se puede decir.

Los seis asuntos que vienen aquí tienen en común el tópico de la pobre paica, la mina de final triste. Cambiarán las circunstancias y la historia. No el fin final de la pobre mina, a veces visto desde el mismo final, a veces desde el augurio.

A veces visto como un espectáculo miserable de una gloria dudosa de otrora que se ha vuelto o se volverá ruina triste, si ya no lo era antes en el carozo y la mina no quiso verlo entonces y lo padece ahora. A veces es la queja del varón que, por su propia tontera o por haber sido de la misma laya, fue arrastrado por la que al final resultó una pobre mina.

Primero, como corresponde, llega Carlos Gardel con Flor de fango, Callejera y Pobre paica.

Después, entran Roberto Goyeneche con Pompas de jabón y Edmundo Rivero con En un feca.

Para ir saliendo, Joan Manuel Serrat hace un versión de Fangal.

¿Qué más quiere que le diga?


Que ande bien.


sábado, enero 05, 2013

Ella es Luciana

 



Sí: adivinó.

Es mi preferida.

Y por eso este homenaje de lo que casi nunca hago aquí.

Y para festejar la alegría que me da haberla visto hacer esta versión del polo, le dejo el concierto completo de L'Arpeggiata.

Son dos horas. Nadie se arrepiente de gastarlas oyéndolos.

Si tiene tripas, claro.

Y las raíces hondo en Il Mare.

viernes, enero 04, 2013

Tiene sentido


Es tradicional de Venezuela y he oído varias versiones de todo tipo.

Se trata de un polo y más precisamente un polo margariteño.
En Venezuela, el polo es una forma musical típica de las regiones de la costa oriental. A menudo se lo conoce como polo margariteño, por su importancia en la Isla de Margarita; sin embargo, a lo largo de todo oriente se cantan polos.

Como forma musical, se toca en un compás de 3/4 o 6/8 (o ambos) a una velocidad moderada. La melodía evoluciona sobre una variación de cuatro acordes, y se cantan versos que varían dependiendo de la canción. Normalmente es tocada con cuatro y maracas, aunque no posee una instrumentación estricta y como toda música folclórica es adaptable a pequeños y grandes ensambles.

Su estrucutra armónica es similar a la romanesca de España/Italia del siglo XVII.
Eso dicen los expertos, pero de eso ya se sabe que no sé.

De El cantar tiene sentido hay versiones por allí dichas hasta por Amancio Prada, y así de ancho se va el asunto si uno se pone a buscar.

Después de un rato largo, me quedé con las que traigo aquí. Y, aun entre éstas, tengo mis preferidas, cómo no. Pero es cosa mía.

Usted elija lo suyo.

Así que allí van la hija de Violeta Parra, Isabel, chilena; la venezolana Cecilia Todd y la hispano-venezolana Soledad Bravo; la brasileña Miriam Mirah y la mezzo Luciana Mancini (no me crean, pero dicen que es chileno-sueca...) que canta aquí con el conjunto L'Arpeggiata, de probada sapiencia.

Antes de irme, advierto que el cuatro venezolano es un instrumento que me suena magnificamente; de regalo, al fin, dejo una letra típica aunque, popular como es y como se ve al oír, los versos entran y salen según quién lo cante y cuándo y por qué.
El cantar tiene sentido,
entendimiento y razón.
La buena pronunciación
es instrumento al oído.

Mira ese lirio
que el tiempo lo consume,
y hay una fuente
que lo hace florecer.
Tú eres el lirio,
¡ay! dame tu perfume,
que yo soy la fuente,
déjame correr.

La garza prisionera
no canta cual solía cantar,
en el espacio
y en el dormido mar.
Su canto entre cadenas
es canto de agonía,
¿Por qué te empeñas pues, Señor,
su canto en prolongar?

¿Qué hago yo solo en el campo,
qué hago yo en el campo solo?
Yo no enamoro ni canto,
yo no canto ni enamoro.

Suspira la brisa,
suspirando lejos,
y abre el capullo
de una blanca rosa.
Sale el gusano
de su prisión de seda,
y se convierte
en linda mariposa.

El cantar tiene sentido,
entendimiento y razón.