lunes, diciembre 30, 2013

Finale dolce (e maestoso)

Bien podría ser una especie de mathom. Y más que regalo de cumpleaños, de despedida.

Lo cierto es que se me fueron acumulando unas piezas de laúd, como pasa cuando se entusiasma uno. Es instrumento lírico el laúd, dulce. Hay mucho de él en muchas partes. En Italia, infinidad.

Por eso, si no se me ofende, y para dejar una muestra apenas, habrá que ir de una cosa en otra, entre el siglo XV y el XVIII, y un poco en desorden.

Por ejemplo, Philippo Martino, hombre del siglo XVIII, pone en ritmo de Allemand en sol menor, esta danza para laúd.

Por su lado, dicen los que saben que, en el Manuscrito de Cavalcanti (1590), que está en la Bibiothèque Royale de Bruxelles, se encontró este Canono a due liuti, de Francesco Canova da Milano (1497-1543).

De Il Fronimo, un diálogo para enseñar laúd del florentino Vincenzo Galilei, que vivió en el siglo XVI, vienen dos piezas como estas Fantasia terza y Duo del primo modo y las hace Massimo Lonardi.

Pero entonces, si vamos a ver, también correspondería dejar aquí esta selección del laúd italiano renacentista anterior al siglo XVII, según esta secuencia, que ejecuta Konrad Ragossni.:
Ricercare, de Francesco Spinacino.
Ricercare II, de Vincenzo Capirola.
Fantasia I, de Simone Molinaro.
Ballo tedesco e francese y Tre parti di gagliarde, de Giovanni Antonio Terzi.
Lo spagnoletto e Il bianco fiore, de Cesare Negri.
Y ya que estamos haciendo acopio de los restos del año, y como parte de los regalos de despedida, va también esta colección de obras del dicho Francesco da Milano, más otras de Marco da L'Aquila y Pietro Paolo Borrono. Todo en las cuerdas del laúd de Paul D'Odette.


Y al fin, Santino Garsi da Parma (1542-1604), que es por donde había empezado hace un tiempo a buscar música de la tierra de mis mayores, cuando fui a parar al laúd. 

Y por eso va al final, en el fin: porque es del principio, de la tierra ancestral. Por eso está bien si él cierra la entrada. Y el año, fíjese.

De lo que escribió se conoce relativamente poco, pero el laúd estaba entre sus preferidos y las danzas para laúd, más. El gran Ottorino Respighi lo usó también a él de inspiración cuando compuso las 3 suites de danzas y aires antiguos (que, si no las conoce, se las recomiendo...)

El dúo de Lutz Kirchhof y Martina Kirchhof, en laúd y viola da gamba renacentistas, hacen esta Gagliarda detta Menti per la gola.

Paul D'Odette arregló esta danza, La Cesarina.

Ya por finir, y para que se cumpla en algo lo de maestoso, sin prestarle la más mínima atención al laúd, Igino Conforzi y Tibicines despiden el 2013 de este modo, haciendo la Battaglia de Garsi, para que no se diga que en esta tierra de sombras ya no puede haber finales a tutta orchestra.





viernes, diciembre 27, 2013

Lietuva




Hay algunas cosas que no son para todos.

A veces, es por malas razones. Otras, por buenas razones. Y algunas otras más, porque sí. Porque son cosas que nos son lejanas o extrañas, nada más, y nunca nos queda de paso pasar por ellas.

Tal vez, este caso sea uno de tantos. Quién sabe.

Aquí van unas melodías lituanas. Unas pocas. Quien las aprecie, irá por ellas o por más. Quien no, pasará sin pena. Y sin gloria, claro.

Son ásperas algunas, o podrían parecerlo si uno busca otra cosa. Difíciles para nuestro oído tan poco acostumbrado a ese rincón que siempre se nos hace frío y lejano del Báltico. Pero que es antiguo y lleno de historias, también.

En fin.


Yo avisé.


1. Eisva mudu abudu (folklore tradicional lituano)
2. Aš atsisakiau savo močiutei (folklore tradicional lituano, siglo XVII)
3. O išbėg iš Rusnės kiemo (canción de pescadores, folklore tradicional)
4. Strazde strazdeli (folklore tradicional de Klaipėda, región limítrofe entre Prusia y Lituania)
5. Oi, tu, bijun, bijuneli (canción folklórica pagana)
6. Liuliai dukrelį (canción de cuna tradicional)
7. Fantazija liutnei (fantasía para laúd, de Valentinas Bakfarkas, 1507-1576)


Y ahora, sí: hasta más ver (...u oír).



lunes, diciembre 16, 2013

Chiquitos

Los conocí hace un par de años en Buenos Aires, durante una de sus ya famosas y largas giras por el mundo entero. Este año que viene vuelven y quiero oírlos otra vez. Vale la pena.

Son el Coro y la Orquesta de San Ignacio de Moxos. Vienen del Oriente boliviano y tienen atrás una larga tradición.

Una de las raíces más poderosa y admirable de esa tradición que continúa viva es la cantidad de obras que se compusieron en aquellos pagos de Chiquitos y de San Ignacio de Moxos, allá por el siglo XVIII, al amparo de las Misiones que los jesuitas tuvieron hasta que no las tuvieron más. Peculiar es que eran indios en su inmensa mayoría los compositores y los ejecutantes.

No sirve que lo explique un servidor. Entérese, mi amigo, siquiera un poco. A ver qué le parece.




¿Vio? ¿Oyó?

Entonces, ahora, disfrute otro poco.

Esta primera es una ópera dedicada a san Francisco Javier, compuesta y cantada en la lengua de los indios.



Y ésta es una sonata.





¿Qué le puedo decir?


No tengo nada mejor que regalarle para esta Navidad.




sábado, diciembre 14, 2013

Coplisto




















Es Martín Alemán Mónico. Salteño, claro.

¿Ve?

Se puede ser ingeniero y ser coplisto, como él dice. Y cantor de cocina, como dicen.

Y saber componer. Y saber cantar.

Sin tanta alharaca.

Sin tanta milonga.



jueves, octubre 31, 2013

Don Camilo

Creo, salvo mejor opínión, que ya es tiempo de que quede aquí Camilo Saint-Saëns, ejecutado por nuestro ya conocido, el cellista inglés Steven Isserlis.



La muestra tiene estos ingredientes:

Concierto para cello y orquesta Nº 1 en la menor, Op. 33
Concierto para cello y orquesta Nº 2, en re menor Op. 119 (18:44)
La Muse et le Poète, Op. 132 (36:59)
Suite para cello y orquesta, Op.16 (52:50)
Prière, op. 158 (1:10:01)

Octubre se va.

Y el cello con él.

Pero.

Así como octubre vuelve, volverá el cello. En octubre. O cuando fuere.

Porque no se va, entonces volverá cuando fuere.


miércoles, octubre 30, 2013

Don Franz

L'Arpeggione es una sonata en La menor de Franz Schubert.

Soy muy gustoso de presentarla aquí en la versión de los húngaros Miklós Perényi y András Schiff, en cello y piano respectivamente.






Claro.

Muy bien.

Pero el asunto es que el tal arpeggione del título tiene su historia.

Vean si no lo que veo por allí:

Corría el año 1823 cuando el luthier vienés Johann Georg Stauffer diseñó y construyó el primer arpeggione.

Era el arpeggione un instrumento de cuerda frotada, de 6 cuerdas, organizado y afinado como una guitarra, pero con estructura similar a la del violonchelo, es decir, un instrumento muy emparentado con la viola da gamba, que ya estaba en desuso en la época, instrumento que tiene también seis cuerdas, aunque la forma en sí del arpeggione se parece más a la de los laúdes medievales… Su inventor lo llamó “arpeggione” porque se supone que estaba especialmente dotado para producir arpegios, debido a su guitarrística afinación.

El caso es que el instrumento gozó de un cierto favor del público vienés… durante seis u ocho años, quizá diez, pasados los cuales pasó a ser un instrumento olvidado, una curiosidad más en la larga lista de olvidados instrumentos musicales que una vez fueron y luego… no fueron. Pero durante esos años, y tras las oportunas presentaciones de las posibilidades del nuevo instrumento, algún compositor se lanzó a componer obras para este él, entre ellos nuestro Franz Peter Schubert, que ya era por entonces un compositor de cierta fama, aunque tampoco es que tuviera ni la milésima parte de la fama que tiene ahora. Hay quien dice que fue el propio inventor, Johann Georg Stauffer, quien encargó la obra para promocionar su criatura, y hay quien piensa que en realidad quien la encargó fue Vincenz Schuster, un amigo del propio Schubert y virtuoso del arpeggione, para su lucimiento personal.

El caso es que Schubert compuso (y se supone que cobró de algún modo) la obra en 1824, quizá se ejecutaría alguna que otra vez entre amigos o en representaciones privadas… y nunca se publicó en vida del compositor. Cuando esta sonata por fin vio la luz, en 1871 (nada menos que 43 años tras la muerte de Schubert), el arpeggione no sólo había perdido todo favor por parte del público, sino que había caído completamente en el olvido… donde sigue. De hecho deben quedar, en no se sabe qué estado, uno o dos arpeggiones olvidados en algún museo de los horrores musicales, que quizá se salvaron de la quema porque eran bastante decorativos, supongo, así que ahora nadie sabe cómo sonaba esta obra ejecutada con el instrumento para el que fue concebido.



lunes, octubre 28, 2013

Don Ludovico

Si me preguntaran, yo diría que uno bien puede pasarse unas dos horas oyendo lo que Ludwig van Beethoven tiene para decir al respecto con sus sonatas.

Al menos, lo que el cello de Mstislav Rostropovich y el piano de Sviatoslav Richter dicen que él dice.






La grabación es en Edimburgo, en 1964, en vivo. El sonido es impecable, a mi gusto.



domingo, octubre 27, 2013

Don Andrea

Un día, allá por 1720 y tantos, nada menos que don Antonio Caldara, que estaba en Mantua, oyó tocar con admiración al joven Andrea Zani y lo invitó a acompañarlo a Viena.

Allí, Andrea hizo y ejecutó música para los Habsburgo durante algo menos de 10 años. Muerto Caldara, que era su protector y auspiciante, Zani volvió a su pueblo natal y allí se quedó otros casi 20 años hasta que al volcar el carruaje en el que viajaba, murió, en 1757.

No es vasta su obra y mucha recién va encontrándose en bibliotecas y otros recervorios.

Hasta no hace mucho, no se conocían sus doce conciertos para cello y, de hecho, este registro que dejo es de 2012. Ejecuta Martin Rummel al cello, con la orquesta de Die Kölner Akademie.





sábado, octubre 26, 2013

Guitarra /3

Ahora, en esta madrugada norteña en la que estoy, veo cómo se va yendo el tiempo que me va a llevar al sur otra vez en unas horas.

Aquí, mansamente, pasaron los días de unos trajines, pero no talmente solo, sino con el recuerdo manso de una guitarra y un canto que estuvieron en estas tierras y ya no están y que he visto y oído mientas anduve entre tarcos y cerros.

Y así, mismo así: mansamente, muy parecido, se me va yendo por un tiempo don Carlos Di Fulvio.




















jueves, octubre 24, 2013

Don Nicolás (ed altri signori tutti italiani)

El Ensemble 415, con la dirección de la suiza Chiara Banchini, y bajo el ajustado título de Concerti Napoletani per Violoncello, grabó en 2005 este ramillete que dejo aquí. Gaetano Nasillo es el cellista.




Los autores, por orden de aparición, son los que quedan más abajo. Todos ilustrísimos napolitanos, por cierto, y del XVIII, aunque Sabatino por poco casi llega al XIX.

Nicola Fiorenza en Fa mayor, para cello, violín y continuo
Nicola Porpora en Sol mayor, para cello, cuerdas y continuo (15:10)
Leonardo Leo en La mayor, para cello (33:40)
Nicola Fiorenza en la menor, para cello, violines y continuo (46:21)
Nicola Sabatino, solo para cello con dos violines y continuo en Sol mayor (56:16)

(Se indican allí los minutos en que pueden ubicarse las piezas.)



martes, octubre 22, 2013

Don Maximiliano


Del bávaro Max Reger, (en realidad, Johann Baptist Joseph Maximilian) queda aquí completa la Suite para cello solo, op. 131. El cellista es Hans Zentgraf.

Reger murió en 1916 de un infarto, muy joven, cerca de los 45 años. Sin embargo escribió mucha y variada música (de todo, dicen, menos ópera, fíjese, pese a la época).










domingo, octubre 20, 2013

Doña Matilde




Por esta vez, me van a tener que perdonar.

Este intermezzo va sin sonido.

A no ser que, como me pasa ahora, oigan lo que se ve.


Ella es Matilde.

Tenía que elegir un instrumento y, por las suyas, eligió el cello.

Hace unos días, invitó a su primer "concierto".


Y fui, cómo no.


Es Matilde. Y eso es un cello.


Cómo no.



Guitarra /2

Sigue en lo suyo don Carlos Di Fulvio.

Y, sí.

Porque siempre hay tiempo para una guitarra.

Tiene que haber.


viernes, octubre 18, 2013

Guitarra



¿Cómo que si habrá tiempo para una buena guitarra?

¿La de Carlos Di Fulvio? Ni más ni menos...

Faltaba más...

Este tiempo y muchos tiempos. Para una buena guitarra siempre hay.











miércoles, octubre 16, 2013

Don Sergio

Y este señor cellista se llama Mstistav Rostropovich que, con el señor Alexander Dedukhin al piano, trae al tan ruso Sergio Rachmaninov en su sonata para cello en sol menor, op. 19.






lunes, octubre 14, 2013

Don Francisco

Virtuoso del violín, y dicen que un brillante teórico, Francesco Geminiani era tenido -según los eruditos ingleses- por un compositor negligente. Allá ellos.

Dicen también que algunos de sus alumnos lo llamaban Il Furibondo por sus ritmos como alocados. Pero hay que tener en cuenta que vivió 75 años, y casi todos en el amanerado siglo XVIII, que puede que haya sido muy impresionable ante los arrestos de don Francisco.

Vivió muchos años en Inglaterra y allí murió cuando, a la vuelta de un viaje a Irlanda, se enteró de que un sirviente le había robado unas partituras en las que había trabajado asaz.

El Opus 5 de sus obras son 6 sonatas para cello y bajo continuo.

Ahora. el cellista es el holandés Jaap ter Linden.

Aquí quedan.




En una primera versión de esta entrada era otro el intérprete, pero hube de cambiarlo porque la grabación tenía fallas.

Para resarcir la molestia, dejo como bonus track estos Tres aires escoceses, del mismo Geminiani.






sábado, octubre 12, 2013

Zena



Zena o Xena es Génova, en xeneize, claro.

Trallalero es un modo de canto en coro, típico de allí. Trallaleri son los que lo cantan.

Esta de aquí es una canción genovesa de ruego a la Virgen de los Pescadores.

La canción es tan conmovedora como puede serlo un canto de ese tipo.

Las imágenes del mar y los puertos y las redes valen el homenaje.

A los genoveses.

Porque son genoveses.

Como Cristóbal Colón.



viernes, octubre 11, 2013

Doña


Porque ahora no es cuestión de los compositores, sino de la intérprete: la inglesa Jacqueline du Pré.

Su historia es breve, novelesca, apasionada y terrible.

Por ejemplo, hay que elegir versiones de sus interpretaciones anteriores a 1971. A esa altura tenía sólo 26 años y se vio afectada por una esclerosis múltiple, de lo que moriría en 1987. En 1973 dejó de tocar en público.

Se casó con Daniel Baremboim en 1967 y el matrimonio duró algunos pocos años. No sé si su historia de amor fue feliz. Tocando juntos, hicieron historia.

En otras partes de esta bitácora hay muestras del talento de esta joven inglesa. Aquí queda ahora una breve antología.


El concierto para cello en Do mayor, de Joseph Haydn.



Con Baremboim, una sonata N° 2 en Fa mayor para piano y cello, de Johannes Brahms.



Un trío para piano, violín y cello en Re mayor, op. 70 N° 1, de Ludwig van Beethoven. El violín es Pinchas Zuckerman.



Del romántico alemán Max Bruch, Kol nidrei, op. 47, una obra de sus últimos años de él, sobre melodías hebreas (por alguna razón ignota para mí, en esta versión algunas de las imágenes son de Sevilla...)



Al fin, dicen que su ejecución del concierto de Elgar, en 1965, con la orquesta BBCSO dirigida por John Barbirolli, es insuperable. Dejo la primera parte, a ver si es cierto.




Se sabe que su bonito cello Stradivarius Davidov 1712 fue a dar al cellista Yo-Yo Ma. Dicen que alguien pagó un millón de libras y se lo prestó. No lo sé. Y no me importa: está en buenas manos.



jueves, octubre 10, 2013

Dones

Don Antonín y Don Eduardo.

Un checo interpretado por un inglés y un inglés interpretado por un letón.

El instrumento es obvio, por ahora.


El inglés Steven Isserlis al cello y el concierto en si menor, op. 104, de Antonín Dvořák.



El letón Mischa Maisky al cello y el concierto en mi menor, Op.85, de Edward Elgar.




¿Usted creía que con Rumania se terminaba el cello?

¿Sabe cuánto tiempo de cello falta todavía?


Octubre: así de tiempo falta.



miércoles, octubre 09, 2013

 


Me decían ayer que me quedé enredado.


Y no es verdad.

Que si lo fuera, o así hubiera sido, lo admitiría sin pena.

Pero no es verdad.

Y no me molestaría en absoluto si fueran las cuerdas del cello las que me hubieran enredado.

(Porque es por el cello que me lo decían, eso se sabe...)


Pero no es verdad.


Y fíjese que, entre cello y cello, hasta tuve tiempo de sobra para oír a Tudor Gheorghe, el rumano.






¿Ve?

Tiempo hay para todo.

Y cada día tiene su afán.




martes, octubre 08, 2013

Don Luis

Para los italianos es Ridolfo Luigi Boccherini. Y era toscano de Lucca. Para el resto, Boccherini, sin más.

Su enorme ventaja es que él mismo era cellista virtuoso.

Muy creativo, inventó casi de la nada el quinteto de cuerdas en una época racionalista -murió en 1805- en la que el cuarteto era lo que cuadraba. Dicen que es el más prolífico de los compositores italianos y el catálogo de sus obras todavía trae problemas.

Vivió muchos años en España y allí murió y fue enterrado.

Hasta que, en 1927, Benito Mussolini lo repatrió a Lucca. Sus restos están ahora en la iglesia de San Francisco.

En otra de esas parrafadas de gourmet, dicen por allí que pese a ser audaz en sus creaciones y talentoso, nunca dejó del todo el estilo galante, típico de aquel siglo XVIII.

No les hagan mucho caso y disfruten estos 12 conciertos.

El cello -claro: 12 conciertos para cello..., ¿qué otra cosa?- está a cargo del lituano David Geringas.








sábado, octubre 05, 2013

Don Juan

Más denso, claro.

Venecia es una cosa. Y otra cosa es Köthen, en Sajonia-Anhalt.

Se supone que don Juan Bach compuso allí estas 6 suites entre 1717 y 1723, tiempo en el que sirvió al príncipe Leopoldo.

Es otra cosa. Pero, ah..., es cello, por cierto.

Pero es otra cosa.

Sublimes. Y otra cosa.


Qué quiere que le diga.  Un detalle al pasar, nada más.

Fíjese: de la suite número 6, en re mayor, por ejemplo (está a 1:43:29), se dicen cosas como esto:
El extensísimo preludio (12/8) que, a pesar de su longitud, no deja en ningún momento de sorprender y maravillar, está lleno de efectos "bariolage" y de una incesante figuración en corcheas que se ve interrumpida por unos brillantes pasajes de arpegios ascendentes y descendentes, pasajes que darán otra vez paso a una nueva secuencia de "bariolage"; más tarde, unos secos acordes en corchea y dos silencios prepararán el final de este rebosante de imaginación y triunfal preludio. No debe dejarse de mencionar los recursos de eco mediante el empleo del forte y piano. Lo que más sorprende de la allemande (4/4), fuera de consideraciones tonales, es su sobrecargada figuración; semicorcheas, fusas y semifusas se suceden en esta introspectiva y rica en modulaciones allemande. Se puede convertir en uno de los movimientos de las suites más ásperos para el oyente si no percibe todas sus sutilezas tonales. Sin embargo la courante (3/4), con sus veloces escalas de semicorchea combinadas con figuraciones de corchea y dos semicorcheas da la impresión de ser un movimiento de transición espontáneo sin grandes pretensiones. La sarabande (3/2), de carácter bucólico en comparación con la anterior, está casi toda construida en dobles cuerdas, y es particularmente destacable la serie de sextas que se suceden en la segunda parte. La primera gavotte (2/2) hace pensar inmediatamente en la gavotte en rondeau de la partita para violín solo BWV 1006. La segunda gavotte (2/2) tiene como característica fundamental una bellísima secuencia de "musette" con nota pedal en re, que recordaría a aquella de la gigue de la tercera suite.La gigue (6/8) es una pieza digna de terminar la suite y toda la serie. Parece una auténtica música "de chasse". Sus variedades sonoras y las posibilidades que saca J.S. Bach al violoncelo hacen de esta gigue una de las más bellas piezas de la serie de suites.
No sé, mire. Será verdad. Pero...

Siempre me parece un poco fraudulento ese lenguaje. O pavote. Y sé que es mi ignorancia.

Pero me suena como si viniera un tipo de una comida sabrosa y exquisita y, exultante, lo abordara a uno para decirle, casi con lágrimas en los ojos, que pudo discernir el peso específico de los elementos que componen las moléculas de los ingredientes de cada plato...


Mejor es oír esta versión del diestro Yo-Yo Ma.








jueves, octubre 03, 2013

Don Antonio

Conversé unas cuatro horas con don Antonio Vivaldi.

Sobre el cello, claro.

Le hice miles de preguntas.

No podría decir todo lo que me dijo.

Cuatro horas son cuatro horas.


Y el cello es el cello.


Pero.

Alguien, piadosamente, se tomó su trabajo y me ahorro el mío.







miércoles, octubre 02, 2013

Cuando la mar, la mar



Es cosa de tener paciencia.

Si uno pasa rápido por esos parajes, se pierde una que otra cosa.

Como ocurre con Cecilia Todd o con Soledad Bravo, voces de Venezuela. Bien conocidas ambas, y desde hace varias décadas.

Nada demasiado difícil: es cosa de saltearse los panfletos -después bolivarianos, antes guerrilleros o cosas así- y quedan algunas buenas voces -que ya tienen- haciendo sencillas y sentidas músicas venezolanas.

Es cosa de tener paciencia.


De Cecilia Todd, puede uno llevarse esto:

1. Cuando la mar, la mar
2. El Niño Jesús petareño
3. El Nacimiento
4. ¡Ah, malhaya un trotecito!
5. Canto de ordeño

De Soledad Bravo, estotro:

1. Galerón
2. Malagueña
3. Otra Malagueña (Siempre son versos tradicionales, habitualmente anónimos. Algunos vienen de la isla Margarita)
4. Tonadas de ordeño
5. Ven, amor mío (el famoso soneto de Rafael Alberti, del que se habló en otra parte)


Suficiente, por ahora.



sábado, septiembre 28, 2013

Mtukudzi


El Gran Zimbabwe es una construcción en piedra, una ciudadela, que probablemente date del siglo XIII y que es tenida por uno de los pocos ejemplos de arquitectura monumental, propiamente africana, hecha por africanos.

Después de un tiempo inglés en que se llamó Rhodesia, Zimbabwe eligió el nombre de estas construcciones para nombrar al país.

Hay varias versiones del origen de esta palabra Zimbabwe, y eso según la lengua o el dialecto que se use para interpretar el nombre. Poco más o menos, casi todos coinciden en que lo más probable es que aluda, precisamente, a una gran casa de piedra.

De allí es Oliver Mtukudzi y son suyas estas tres piezas: Kupokana, Handiende y Neria.

Hay muchas cosas más para decir de aquellos parajes, pero, ¿quién soy yo?



jueves, septiembre 26, 2013

Francamente

Una tarde de éstas, francamente, es tarde para estas músicas.

Francamente.

Porque es Francia. Es el barroco y es Il Giardino Armonico.

En casi todo, menos una.

Y allí estoy ahora.



De Antoine Forqueray (1672~1745) y de la Suite n° 1 en re menor, para clavecin o viola da gamba y bajo continuo, La Couperin.(como se ve, las danzas aquí y en Rameau, llevan nombre de personalidades...)




De Jean-Philippe Rameau (1683~1764) y sus Pièces de clavecin en concerts, de 1741, en el Concierto n° 5 en re menor, La Cupis.




De allí mismo, La Marais.



Y también de allí, la fuga La Forqueray.




De esas mismas Pièces de clavecin en concerts, el Concierto n° 3 en La mayor y de allí La Lapoplinière, pero no por nuestros amigos, sino por Patrick Cohen-Akenine (Violon), Nima Ben David (Viola da gamba) y Béatrice Martin (Clavecin).



El turno ahora de Charles Dieupart (1667~1740) que en Les six suites, de 1701, tiene dos danzas en la Suite n° 6 en fa menor para clavecin o flauta o violon y bajo continuo: Allemande y Gavotte.




Al fin, también suyas y de allí mismo, esta breve y animosa Courante.




Y a dejar que pase la tarde.




sábado, septiembre 21, 2013

Caro diario /3

¿Qué quiere que le diga? Oía mucha música por entonces. ¿Usted no? ¡Ah...! Pero si Ud. no había nacido en los '60 o en los '70...

Lo cierto es que era música de toda clase y talante.

Me puse a ver hace poco si me acordaba de algunas de cierta especie. Baladas y canciones en inglés. Eran muchas, claro. Y no es cuestión tampoco, porque después de todo...

Como sea, que queden aquí éstas como muestra, por si no las recordaba. O no las conocía.

Jim Croce

John Denver

James Taylor

Cat Stevens

Gordon Lightfoot

Tim McMullen

Don McLean

Bee Gees

Es la versión original de 1965 de esa canción, porque unos años después, en 1971, hicieron otra versión para una película muy de la época, Melody, emblema por aquellos años de la aparentemente ingenua y tierna rebelión adolescente. No era ni ingenua ni tierna, para el caso. Y lo que vino después, menos. Y lo que vino después del después, ni rebelión es.

En fin, de allí son estas últimas tres.

Bee Gees

Crosby, Stills, Nash & Young



Y nada más, que no hace falta más.



domingo, septiembre 08, 2013

Regalo de cumpleaños



Cordialmente, me regalaron ayer una pieza de barroco americano que suelen cantar algunos coros, también por estos lados. Es del franciscano español establecido en Lima Juan Pérez de Bocanegra, siglo XVII. En quechua se llama Hanac pachap cussicuinin, esto es Alegría del cielo. Lo interpreta aquí Ex Cathedra baroque ensemble.

Es un canto a Nuestra Señora y vaya hoy para Ella, felizmente, como regalo de cumpleaños.
Hanac pachap cussicuinin
Huaran cacta muchascaiqui
Yupairurupucoc mallqui
Runacunap suyacuinin
Callpan nacpa quemi cuinin
Huaciascaita.

Uyarihuai muchascaita
Diospa rampan Diospa maman
Yurac tocto hamancaiman
Yupascalla, collpascaita
Huahuarquiman suyuscaita
Ricuchillai.

Gloria kachun Dios yayapaq
Dios churipaq hinallataq
Santo Espiritupaqwantaq
Kachun gloria wiñayllapaq
Kawsaykunap, kawsayninpaq
Kusi cachun. Amen.

Una traducción aproximada dice:

Alegría del cielo
te adoro mil veces.
Fruta preciosa de árbol fructífero,
esperanza que anima
y da soporte a los hombres,
oye mi oración,
atiende nuestras súplicas,
oh, columna de marfil, Madre de Dios.

De iris hermoso, amarillo y blanco
recibe esta canción que te ofrecemos,
ven en nuestra ayuda,
muéstranos el fruto de tu vientre.

Sea la gloria para nuestro Señor
y también para su Hijo
y también para el Espíritu Santo.
Sea la gloria para toda la eternidad,
sea sustento para la vida de todo
y sea alegría. Amén.

Y como suele pasar, se va de una cosa en otra.

Apareció un motete del portugués Gaspar Fernandes, también del XVII, pero esta vez en náhuatl: Xicochi conetzintle, es decir, Despierta, Niño mío.
Xicochi, xicochi
Xicochi, xicochi Xicochi, conetzintle
Xicochi conetzintle
Caomiz hui hui xoco in angelos me
Caomiz hui hui xoco in angelos me
Caomiz hui hui xoco in angelos me
In angelos me, in angelos me

Alleluya alleluya

Y siguieron apareciendo más cosas americanas de cepas cruzadas y mestizas.

La mayoría de los que traigo ahora son trabajos que hizo Jordi Savall con Hespérion XXI y un conjunto Tembembe Ensemble Continuo. Todos son de entre los siglos XVI y XVIII.

1. Cachua al Nacimiento (la cachua es una danza de Bolivia y Perú) (Anónimo del Perú, XVIII)
2. Cachua serranita (Anónimo del Perú, XVIII)
3. Cachua Niño il mijor (Anónimo peruano, XVIII)
4. La jota - María Chuchena (Santiago de Murcia - Trad. jarocho, XVIII)
5. Trompicávalas, amor (Juan Hidalgo, XVII)
6. Jácaras - El pajarillo (Gaspar Sanz - Trad. venezolano, XVII)
7. Galliarda - Jarabe loco (Anónimo - Trad. venezolano, XVII)
8. Un sarao de la chacona (Juan Arañés, XVII)
9. Fandango, el fandanguito (Santiago de Murcia - Trad. jarocho, XVIII)

Algo que no es de Savall, para ir finiendo, es éste anónimo peruano de fines del XVII, Hoy cielo y tierra compiten que procede de un dúo a San Pedro Nolasco, con violines, y que hace el Coro de Cámara Exaudi de La Habana.



viernes, septiembre 06, 2013

Días de Díaz




El santiagueño Hugo Díaz (Víctor Hugo, en realidad...) hizo todo lo que se puede hacer con una armónica. Y mucho más. Y tanto que los alemanes de Hohner no soñaban con que se pudiera sacarle esos sonidos a semejante tontera de instrumento. Por eso lo tuvieron de emblema tanto tiempo.

En nada más que cincuenta años de vida, y siendo apenas un intuitivo, se paseó por la Scala de Milán con Renata Tebaldi o tocó con Louis Armstrong, por ejemplo, sin contar la patria, claro.

Mi admiración por él no tiene casi límites.

Se lo llevó el alcohol, que ni debe haber sabido lo que se nos llevaba.


Tango

1. Amurado






7. Volver





Jazz






Y, como es santiagueño, se despide ahora con La vieja, chacarera.



viernes, agosto 30, 2013

Pampa





1. Triunfo

2. Cielito federal

3. De balde te estoy mirando

4. Domingo pampeano

5. Muda la vana esperanza

6. Viejo estilo

7. Mi caballo atado

8. El palito



Agosto ya entra a salir
y quién sabe adónde irá;
a qué rumbos rumbeará
yo no lo puedo decir.
Pero, antes de partir,
nos deja, como baluartes,
canto y guitarra, las artes
de don Atilio Reynoso,
cantor sereno y juicioso,
que aquí les dejo en dos partes.




jueves, agosto 29, 2013

Niamh



Bold Doherty
Niamh Parsons

Clohinne winds
Niamh Parsons

Flower of Finnae
Niamh Parsons

Horo Johnny
Niamh Parsons

Rambling irishman
Niamh Parsons

West coast of Clare
Niamh Parsons

The water is wide
Niamh Parsons

Orphan's wedding
Niamh Parsons

The men that God made mad
Niamh Parsons - Graham Dunne

John Condon
Niamh Parsons - Graham Dunne





Jamás.

Imposible.

¿Cómo podría olvidarse una voz irlandesa?


Una voz irlandesa no se olvida.



miércoles, agosto 28, 2013

Gaeil





Cathie Ryan 

Niamh Parsons 

Catherine-Ann MacPhee

The Chieftains - Don Williams

Paul Brady

Paul Brady - Andy Irvine




martes, agosto 27, 2013

Tres historias





Todo empezó porque hace unos días volví a ver Gallipoli. Los más atentos saben que traje en su momento partes de la música de la película. Ya por las mías, recordé el final terrible, y que esas escenas llevan música del conocido Adagio de Albinoni.

Bien.

Oigamos, primero, el Adagio que dicen de Albinoni.

Veamos, ahora, algo que ya saben los que saben.
El Adagio de Albinoni o Adagio en sol menor es una obra para orquesta de cuerdas y órgano en sol menor, compuesta en 1945 por el musicólogo italiano Remo Giazotto. Publicado por primera vez en 1958 por la editorial Casa Ricordi, el editor lanzó como argumento de venta que el autor se había basado en unos fragmentos de un movimiento lento de una sonata a trío de Tomaso Albinoni presumiblemente encontrados en las ruinas de la Biblioteca de Dresde tras los bombardeos de la ciudad acaecidos en la Segunda Guerra Mundial, pero nunca se ha encontrado una prueba seria de la existencia de tales fragmentos; por el contrario la «Staatsbibliothek Dresden» ha desmentido formalmente tenerlas en su colección de partituras.
Así que Albinoni, nones...

El caso es que me quedó dando vueltas en la cabeza la melodía y -me pasa seguido- me pareció que sonaba como la no menos famosa Aria sobre la cuerda de sol, que dizque compuso Johann Bach.

Del aria dicha, elegí dos versiones porque sí.

Una en guitarra clásica ejecutada por Per-Olov Kindgren. Otra, dicha por un ensemble de 7 celli, con un solista llamado Aleksi Tuomela, talentoso joven finlandés.

Ahora bien.

La pieza en cuestión, en todo caso, proviene en realidad de la Suite N° 3 en Re mayor  BWV 1068 y sus movimientos son Ouverture, Air, Gavotte I y II, Bourreé y Giga. El segundo, Air, es de lo que estamos hablando.

La llaman “Aria para la cuerda sol” porque se ejecuta en la cuarta cuerda del violín. Pero, en realidad, debe su nombre a August Wilhelmj, un talentoso violinista alemán del siglo XIX, que hizo una transcripción para violín y piano con ese artificio.

Dicen por allí que
Transponiendo la tonalidad de la obra del re mayor al do mayor y transfiriendo la melodía una octava abajo, Wilhelmj pudo interpretar la pieza únicamente en una cuerda de su violín, la cuerda de sol.

Posteriormente se generó una historia espuria acerca de que la melodía siempre se había planeado únicamente para la cuerda de sol.
En fin: para los que saben de estas cosas, Air, el segundo movimiento original, suena en realidad como se oye aquí, en la versión de la Academia St. Martin in the Fields.

Y otra vez: Bach sí, pero no tanto, casi como el Adagio...

Pero eso no es todo.

Porque también me parecía que el Adagio que desencadenó todo esta parrafada, de que lo que es no es lo que parece, tenía un aire no sólo a Air, sino también al Canon de Johann Pachelbel, archioído también.

Sin embargo, he aquí que para los entendidos,
Aunque la obra es denominada como Canon en re mayor se refiere únicamente a una parte de su estructura. Si bien es un canon perfecto o cerrado a tres voces (una forma polifónica previa a la fuga), posee las características de otra forma musical barroca (tema con variaciones) que usaron danzas en tiempos ternarios como la chacona o el pasacalle. En conclusión, esta obra está estructurada como canon, tema con variaciones, y además está basada, tanto armónica como estructuralmente, sobre un diseño melódico ostinato (repetitivo) que se repite durante toda la composición en la línea de bajo de dos compases. Este mismo ostinato se repite 28 veces.
De modo que Canon, sí, pero hasta por ahí nomás...



No quiero, por nada del mundo, que se crea que entiendo siquiera la mitad de lo que dicen los peritos a estos respectos en cuanto a las tres obras.

Pero que hay que tener mucho cuidado, hay que.



lunes, agosto 26, 2013

De mí pa' ti





Vicente Amigo - El Pele

Vicente Amigo - El Pele

Vicente Amigo - El Pele

Vicente Amigo - Duquende

Vicente Amigo




domingo, agosto 25, 2013

Caro diario /2

Mire que son dos cosas distintas, Caro.

Y me va a tener que disculpar si no le sigo el dictado al pie de la letra.

Entre 1970 y 1976, más o menos, Antonio Vivaldi me acompañó tantísimo. Muchas cosas suyas fueron el pan de tantas comidas y la harina de tantos panes. Eso, se entiende, no me hace un perito.

No soy un devoto del barroco, así, sin más. Ni siquiera creo que me gusten estas músicas, y otras de este aviso, por lo que tengan de barroco.

Lo cierto es que Vivaldi estuvo en aquellos años. Y así, estando, sigue.

Con su música descubrí el sabor del violonchelo, por ejemplo. Y a él le debo el amor que tengo por ese sonido.

Apenas conservo algunos cuantos discos de aquellos días y, entre ellos, claro, están algunos de Vivaldi. Y, tal vez, Caro diario, usted espera que traiga aquello mismo que fue, además del recuerdo.

Pero.

Con los años, me topé con Il Giardino Armonico. Y he preferido muchas de sus interpretaciones a otras que o eran más lustrosas y linajudas, o eran las que tenía en la memoria. O en mi discoteca, ya algo vapuleada.

Así que, Caro diario, usted me disculpe y no se me ofenda. Guardo buenos recuerdos, sí, de aquellos sonidos. Y a usted que dizque guarda recuerdos, eso le cae bien.

Pero aquí dejo algunas de aquellas partituras que oía entonces, en las manos de otros ejecutantes que no son aquellos.

No creo que esa belleza se pierda o siquiera llegue a ajarse porque ya no esté en aquello que fue y esté en lo que ahora es.

Esta muestra que traigo (y lo muestro porque creo que es bueno verlo, también), tiene cuatro conciertos. Uno para mandolino y laúd, dos de los de cello y otro para viola d'amore y laúd.



En do mayor para mandolino, cuerdas y cembalo, RV 425.





En Mi menor para cello y continuo, RV 409.





En La menor para cello y cuerdas, RV 419.





En Re menor para viola d'amore, laúd, cuerdas y cembalo, RV 540.







sábado, agosto 24, 2013

Caro diario


Son los '60 y los '70.

Mis.

Algo de lo que oía en esos años, que vuelve cada tanto.

Estas canciones son como las anotaciones de un diario -supongo- que vuelven a leerse muchos años después y uno las oye -o no- recordando -o no- quién era el que las oía.

¿Vuelven ellas? ¿Vuelve uno? Es uno, más bien. Porque si ellas volvieran y uno ya no es aquel -todavía, de algún modo, en algo- ellas pasan de largo y uno ni se da cuenta. O ni vuelven siquiera.  

Nunca pude llevar esa cosa; un diario, digo. Es una ficción, creo. Y hasta un fraude, no me apure...

No existe el diario íntimo. No se escribe lo íntimo. Escribir es publicar.

Y lo íntimo es íntimo, se entiende.

Por eso.


Caro diario, allí va una parte de mis '60, mis '70.

Simon & Garfunkel.

1. April, come she will
2. Kathy's song
3. Bridge over troubled water
4. Cecilia
5. Bleecker street
6. Rose of Aberdeen
7. For Emily, whenever I may find her 
8. Feuilles - o (En créole haitiano)
9. Leaves that are green
10. Bookends

Y, para dar vuelta esta página, una rareza: Benedictus.


Pero, como son de volver, habrá más cosas, seguro.



viernes, agosto 23, 2013

Come un bel dì di maggio





El frío vuelve. Bien. Fines de agosto. Como si fuera mayo o junio. Aquí en el sur, claro. Porque, en otro mundo, mayo es primavera.

Por eso. Mire usted por dónde, gracias al frío de agosto, fui a dar a la primavera de mayo.

Ahora bien.

Parece fácil. Claro: es cosa de elegir entre bienes; entre bienes equivalentes.

Pero.

¿Qué elige uno cuando elige entre la misma cosa y esa misma cosa pero no la misma?

¿Cómo se puede?

Y, sin embargo...

Fíjese, mi amigo.

En el Acto IV de Andrea Chénier, de Umberto Giordano, hay un aria-romanza final que canta el protagonista, el poeta francés André Chénier, que en vida real fuera guillotinado a los 32 años por Robespierre un día de 1794. Robespierre que, dicho sea, corrió misma suerte unos días después.

Este joven poeta -de curiosa deriva política- será tenido por precursor del romanticismo en Francia y su nombre irá resonando desde Darío hasta el tango (recuerdo ahora uno que lo menciona y cantaba Ignacio Corsini...)

Oí durante años decenas de versiones de esa romanza Come un bel dì di Maggio.

Y me quedo con Come un bel dì di Maggio. Pero, ¿con cuál?

De entre los que tengo ahora a mano (y que recopilo al amparo del fuego...), y sin orden de preferencia, una selección de estilos distintos (para nada definitiva, aunque...) queda aquí, casi como un apunte.

Mario del Monaco, Enrico Caruso, Ferruccio Tagliavini, Beniamino Gigli, Tito Schipa, Jussi Björling, Galliano Masini, Giuseppe Giacomini, Franco Corelli y Bojidar Nikolov .

Y todo gracias al frío de agosto, que es como el de mayo. ¿Qué más se puede hacer sino cortar un poco de leña y volver al reparo, a estar con papeles?

Con todo el tiempo del frío para elegir cuál bel dì di maggio...


_____________________________

La letra del aria que compuso el libretista Luigi Illica, inspirada en unos versos del propio Chénier, dice:
Come un bel dì di maggio
che con bacio di vento
e carezza di raggio,
si spegne in firmamento,
col bacio io d'una rima,
carezza di poesia,
salgo l'estrema cima
dell'esistenza mia.

La sfera che cammina
per ogni umana sorte
ecco già mi avvicina,
all'ora della morte,
e forse pria che l'ultima
mia strofa sia finita
m'annuncierà il carnefice
la fine della vita.

Sia! Strofe, l'ultima Dea!
ancor dona al tuo poeta
la sfolgorante idea,
la fiamma consueta;
io, a te, mentre tu vivida
a me sgorghi dal cuore,
darò per rima,
il gelido spiro d'un uom che muore.

jueves, agosto 22, 2013

Tudo isto é fado




Porque tudo isto é fado. Todavía. Por suerte.

Aunque sea el nuevo viejo fado de siempre, ahora.

Dejo una colección de fadistas jóvenes, apenas algunos de ellos.

Y portugueses todos, de un modo u otro. 

Difícil imitarlos sin ser portugués de un modo u otro. Imposible diría.

Por suerte.

Aquí están.


Ana Moura - Ouvi dizer que me esqueceste
Cuca Roseta - Quem és tu afinal
Raquel Tavares - Rosa da Madragoa
António Zambujo - Para que quero eu olhos (tradicional de Beira Baixa)
Carminho - Escrevi teu nome no vento - Meu amor marinheiro
Joana Amendoeira - Sopra o vento - Todas as horas são breves
Katia Guerreiro - Segredos - Namorico da Rita - Talvez não saibas - Tudo isto é fado
Maria Ana Bobone - Natal d'Elvas
Maria Ana Bobone / Rodrigo Costa Félix - Hortelã mourisca
Rodrigo Costa Félix / Aline Frazão - Fado contido
Mafalda Arnauth - O mar fala de ti - Ai do vento - O que tinha de ser - Lusitana - Meus lindos olhos - No teu poema - Valsa das paixões (con Marco Rodrigues)







miércoles, agosto 21, 2013

Maureen




Es Maureen Forrester.

Verdadera contralto, dicen los entendidos. Una de las poquísimas.

Canadiense, casada, 5 hijos. Murió en 2010. Cumplía 80 años.


Señores, dejemos eso: hay que oírla, cosa que saben los que saben.

Y ya.


Es ist vollbracht, de La Pasión según san Juan, de J. S. Bach. El cello es de Antonio Janigro, y Herbert Tachezi, al órgano.

Erbarme dich, mein Gott, es de La Pasión según san Mateo, también de Bach. Dragotin Hrdjok, es el solo de violín. También está Herbert Tachezi.

Widerstehe doch der Sünde es de la Cantata 54, de Bach también. La orquesta, como en las anteriores, I Solisti di Zagreb, con Antonio Janigro a la batuta.

Y, para el final, gusto personal, su versión de Che farò senza Euridice, del Orfeo y Eurídice, de Christoph Willibald Gluck. La orquesta es la de la Ópera del Estado de Viena que dirige Charles Mackerras.

Insisto: no se distraigan demasiado con todo esto.

Hay que oírla.


martes, agosto 20, 2013

Música de guerra

¿Qué sería una música de guerra? Y si pudieran ir juntas ambas, ¿qué guerra se pelearía con estas músicas?

Peter Weir tuvo la buena idea de incluir algo de esto que traigo, para que se oyera en una tienda de campaña del comandante australiano, horas antes de tener que mandar a sus tropas a la masacre de Galípoli, un día de agosto de 1915, impericia y estupidez británica mediante.

La película, que es de 1981 y creo que es la primera grande que filmó Mel Gibson, lleva el mismo nombre de aquella zona turca de los Dardanelos.




Weir eligió, para la escena terrible de ese hombre solo, el dúo Au fond du temple saint, del acto primero de Les Pêcheurs de Perles, de Georges Bizet, en esta versión de Léopold Simoneau, tenor, y Réne Bianco, barítono.

Sirve de complemento, pero ya por mi cuenta, la romanza Je crois entendre encore del mismo acto y la misma ópera, también por Simoneau.

De regalo, y porque me gusta, ambas partituras otra vez, pero en la versión de Jussi Björling y Robert Merrill, para el dúo, y sólo con el sueco Björling para la romanza.


Si no vieron Gallipoli, tendrán que verla y ver si no es cierto acaso que es música de guerra.

Claro. Depende de qué crea usted que es la guerra.



domingo, agosto 18, 2013

Vientito del Tucumán



Si fuera oratoria o retórica, sería la captatio benevolentiae de un exordio; si fuera galantería, sería serenata.

Pero creo que hoy por hoy es más que nada impetratorio, que es como decir una ofrenda -musical, claro- que habrá de volver en forma de alguna gracia, favor o regalo. Quién sabe.

Allá van adelantadas como envío, entonces, estas cosas tucumanas. Y a ver si me las encuentro cuando esté por esos pagos, y si me vuelven en forma de regalo y cómo.

Una primera cosa.

El Cuchi Leguizamón y Si llega a ser tucumana; A Monteros, con El Chango Nieto; Caminito de Acheral y Luciano Pereyra; De Simoca y La raqueña con el Dúo Coplanacu; Los Fronterizos haciendo Corazón de Limón y la reliquia de Martha de los Ríos en Nostalgias tucumanas.

Y una segunda: no se puede llegar a Tucumán sin Atahualpa Yupanqui. Por eso: Luna tucumana, La tucumanita, Zamba del grillo, La pobrecita y Adiós, Tucumán.

Pero, espere. No se vaya todavía.

Hay una cosa más, que no hay dos sin tres...

Resulta que Divididos, como se sabe, le puso música a un poema de Atahualpa que él no había hecho canción. No me gusta del todo -y se me perdone- la versión rock de los muchachos, aunque creo que en esto y aquello acertaron algo con la melodía. Por eso me pasé un tiempo largo buscando a alguien que hiciera lo mismo pero distinto. Y encontré al fin a un joven Esteban 'Coyo' Fanproyen que en el comedor de su casa con unos amigos la grabó. Las guitarras criollas y el bombo en algo acercan el asunto a lo que podría haber sido. Igual, creo, Vientito del Tucumán merecía mejor suerte.

Por ahora, es lo que hay.

Pero, como el vientito sopla donde quiere, no vaya a ser cosa que en el Tucumán encuentre algo mejor.



sábado, agosto 17, 2013

Ragazza

Una cosa es querer cantar. Otra, poder cantar. Y otra, saber cantar.

Que yo no pueda del todo con ninguna de las tres, hace disculpable mi juicio en estas cosas. Pero, tal vez haya algo más que el propio canto que permita gustar y entender del canto sin el canto, si es que usted me entiende.

De hecho, hasta conozco algunas gentes que pueden con las tres cosas y su juicio no merece el más mínimo respeto, vaya a saber por qué será.

El caso es que hace tiempo vengo siguiéndole los pasos a Roberta Mameli, una ragazza (diría un buen amigo que llama así a todas las mujeres) que ha logrado varias cosas difíciles en ese mundo.

Encontré estos dos fragmentos de su participación reciente en una versión de Orfeo y Eurídice de Gluck. Son de julio de este año. La particularidad en este caso es también la orquesta y la puesta. Modo Antiquo son dos orquestas formadas por Federico Maria Sardelli -ya lo veremos otra vez por aquí-, una medieval y la otra barroca, que es la que dirige ahora.

La ragazza canta la parte de Eurídice, como se ve. Porque la traigo así, visualmente, para que se la vea en acción, cosa que también importa. Y lo verán, al ver. Tampoco es mala idea tenerla en blanco y negro, mi sembra.

Por esta vez, se puede ser benevolente con el sonido. Paciencia: llegará la versión de estudio.


Una es el aria de Eurídice, del Acto III.





Otra es un dúo con Orfeo (interpretado con Clémentine Margaine) del mismo y terrible Acto III.