viernes, agosto 31, 2012

Soy fado


De algún modo, uno es también las cosas que admira y ama. Por eso se es fado, de algún modo, si uno ama y admira esta música.

Y agosto se termina: eso también importa, no vaya a creer. Porque si agosto al fin pasa, llega septiembre, que siempre es el final de algo y el principio de otro tanto.

Que un mismo mes contenga a la vez el extremo duro de un invierno y la alegría de la primavera, es algo que hay que mirar y ver.

Y nada mejor que empezar septiembre oyendo fado, mientras está uno mirando eso mismo en septiembre que se parece tanto al fado.


Entonces, ilustrémonos en estas cosas e invitemos a Mariza para que cante Desejos vãos, Montras, Transparente, Quando me sinto só, O siléncio da guitarra, Duas lágrimas do orvalho, Fado tordo y Fado portugués de nos.

Y para quien quiera saber algo más, le queda Hay una música del pueblo, que la niña canta aquí con el flamenco José Mercé.

Y así pasa uno, pasa el tiempo y pasa una estela de fado.


Como si fuera un regalo, diría.