domingo, junio 03, 2012

Una voz

No sabía nada de ella hasta que un cumpa amablemente me regaló un trabajo último (y yo sin saber nada de los primeros...)

Allí nomás vino a pasar que regalé el regalo a uno de los de casa que cumplía sus años ese mismo día. Bien hecho, después de todo: los bienes del espíritu se multiplican cuando se dan.

Antes, claro, me quedé con la música. Porque esto es bueno como música, digo yo, que no sé nada de eso.

La niña en cuestión se llama Edith Rossetti, así como lo oye. Y dejo aquí algunas de las cosas que me gustaron más: Coplas a Claudio RamiroEl violín del monte, el vals Maldición (casi doliniano...), y las norteñas Vientito de Achala y Verde romero.

Hay una más que tiene su asunto. Pero, eso queda para la otra vez, que no es ahora.

Digo que no la conozco y digo que, más allá del buen gusto y los arreglos impecables y todo eso, es para mí apenas una voz.



Pero, qué voz...