lunes, noviembre 28, 2011

Dulce

Me enteré hace poco de que los cabrones de la Unesco descubrieron que los mariachis y el fado portugués merecen ser ungidos como patrimonio de la humanidad (con ese lenguaje pomposo la distinción presunta desmerece bastante...)

Creo que el asunto reclama un desagravio firme e inequívoco.

Por eso.

Dejo aquí a la portuguesa Dulce Pontes, excelente voz del nuevo fado, cantando en eúscaro Maitia, nun zira? , una canción tradicional vasca. La trikititxa de Kepa Junkera acompaña a la portuguesa inmejorablemente, diría yo.

Para completar el acto, en solidaridad, el coro Oldarra hace lo propio. Y, a mayor abundamiento, un par de, presumo, vascos del otro lado de los Pirineos, a capella y en una tonada naïf, hace la letra larga.

La canción es la nostalgia del amante que quiere saber dónde está su amada (maitia, nun zira?, ¿amada, dónde estás?), a quién un padre celoso apartó para siempre de su lado, mientras él recuerda las promesas que, no una vez sino dos, ella le hiciera.

Listo.

Y para que nadie diga que no se enteró, con solamente agregar una Lágrima de la Amália inmortal y otra -la misma...- de la propia Dulce, estamos a mano.

Por el momento, doy por vengada la ofensa global que le hicieran al fado.

domingo, noviembre 27, 2011

Alexis



Me fui. Este calor pampa no es humano.

No para los hombres que miramos el desierto ardiendo, desde Il Mare, con rosmarino en la sangre y albahaca en el cuore.

Entonces uno se quiere ir a Creta. Y se va a Creta.

Y se encuentra en la playa, al mediodía, con Alexis Zorbas, que baila sirtaki y enseña a bailar. Apenas un poco más allá, junto a una barca que espera salir al anochecer, aparece Haris Alexiou, que canta Stróse tò stróma sou gia dúo y enseña a cantar.

¿Qué? ¿No le gusta Creta? ¿De veras?

No se preocupe: yo sigo viaje.

Pero, antes de volver, un minuto nada más, me cruzo de orilla y me entretengo con dos versiones de Così celeste, de Zucchero: una con Luciano Pavarotti, la otra con el argelino Cheb Mami, que canta su parte en árabe a su modo raï.

¿Tampoco? ¿No? ¿Nada de Il Mare y sus alrededores?


Mire, no haga ningún esfuerzo.

Si no es para usted, deje nomás.

Lo que es a mí, todavía me queda rondando por el garguero el sabor del retsina fresco y claro y en la boca el perfume de esas mínimas olivas negras con orégano y menta..., y con eso voy tirando.

Que ande bien.

jueves, noviembre 17, 2011

Otros tiempos

Existe una colección de tres discos que se llama Time of the Templars, con una cantidad variada de músicas eclécticas que se agrupan en tres rubros Music for a Knight, Music of the Church y Music of the Mediterranean.

Hay de todo allí y para gustos distintos. Por mi parte, y del primer disco, tomé tres composiciones que me llamaron la atención.

Una estampida seguida de otra danza, Lamento di Tristano/La Rotta, que es música de danza anónima del siglo XIII, tal vez XIV italiano.

Un ejemplo a cuatro voces de la primera polífonía de la Escuela de Notre Dame, Notum fecit, que esta vez curiosamente tiene autor conocido Pérotin, y que es música de fines del XII, principios del XIII.

La tercera es una canción de cuna sefaradí española, anónima y sin data, que se llama A la nana.

miércoles, noviembre 16, 2011

Luciano

No sé si todo el mundo sabe de la existencia de Giovanni Battista Bononcini. Boloñés de Módena (como Luciano), vivió a caballo del XVII y del XVIII y es un difusor destacado del estilo napolitano, cosas de la vida. Murió pobre en Viena.

De su pluma salió la famosa Per la gloria d'adorarvi, que es aria de uno de los personajes masculinos de su ópera Griselda. Como con otros, la ópera estrenada en Londres en 1722 es poco frecuentada y el aria muy conocida.

El libreto sigue un cuento del Decamerón de Boccaccio, La paciente Griselda.

Durante sus años en Londres, Bononcini tuvo una vida agitada: además de competir furiosamente con Händel, tuvo problemas con la ley por una acusación de plagio que lo obligó a irse de Inglaterra.

Luciano Pavarotti grabó varias veces esta aria. Esta vez, con la orquesta del Teatro Comunale di Bologna, le salió muy bien.

martes, noviembre 15, 2011

Cecilia

Giovanni Paisiello es un compositor nacido en el sur de Italia en el siglo XVIII y muerto a principios del XIX en Nápoles.

Representante destacado de la escuela napolitana y muy famoso en sus años, trabajó para Catalina en San Petersburgo y para Napoleón en París, entre otros asuntos. Escribió más de 100 óperas, y entre ellas un Barbero de Sevilla, que al fin quedó relegado por la fama del que firmó Joaquín Rossini.

Hay entre sus obras una Nina o sia La pazza per amore, estrenada en 1789. Pocas veces se la ha oído completa y casi no se encuentran registros.

Lo que sí hay es varias grabaciones de una cavatina de la ópera: Il mio ben quando verrà, que son los versos con los que Nina, la protagonista -enloquecida por la ausencia de su amado que ella cree muerto en un duelo-, entra en escena.

Por un (quién sabe cuánto) tiempo, estaré lejos de esta versión de Cecilia Bartoli.

Así que, dejemos que suene en el mientras.

lunes, noviembre 14, 2011

Rodríguez

Si todavía estuviera andando por este valle, Mingo, mi padre, cumpliría 90 años este mes.

Mientras viajaba en estos días por las sierras sureras de la provincia, estuve pensando qué le regalaría, que le habría regalado, teniéndolo a mano para un festejo.

No era tipo fácil para los regalos, viera usted. Para nada. Refinado pero austero y sencillo, no era fácil regalarle. Y creo que muchas veces era mejor no.

Música sí, ve: eso sí.

Y por allí fue que se me ocurrió enhebrarle canciones de uno de sus preferidos en folklore: el Chango Rodríguez.

Y aquí se las dejo, con aspecto de disco, para que las vaya oyendo, agora que con inmortales pies pisa y mide el cielo, que diría Garcilaso.

Feliz cumpleaños, Mingo. Y que aproveche.

1. Volviendo
2. Chumao i'cantar
3. Vidala de la copla
4. Zamba de un chango
5. Por necesidad
6. Chacarera de las Ponce
7. De Simoca
8. Gaviota de puerto
9. De mi madre
10. Mi viejo Tucumán
11. El Pampa Pedro
12. Prohibido
13. Cabeza Colorada
14. Serenata del estudiante
15. Zamba de abril
16. Del apalo
17. La refranera
18. Del mote
19. Mi luna cautiva


martes, noviembre 08, 2011

Sto core mio

Oí a Roberto Murolo hace muchísimos años, por primera vez.

Cantaba estas canciones napolitanas antiguas que dejo aquí en su homenaje. Las llevo en el corazón, me son propias. No he dejado de oírlas en todos estos tiempos, porque se me hacen sin fatiga, siempre frescas.

Son sencillas y los versos apenas si dicen una sola cosa, en la mayoría de los casos.

En Sto core mio, dice que si este corazón mío fuese de diamante, podría soportar tanto dolor como el que lo aqueja cada hora.

Aquí, en Comme da lo molino, el corazón se consume de amor por la niña, así como el grano es molido bajo la piedra.

En Villanella ch’all’acqua vai, el joven dice a la muchacha que va al mar que muere por ella sin que ella se entere.

Algo más compuesta es Chi la gagliarda, donne vò 'mparare, donde los finos maestros de danzas, le ofrecen a las mujeres su oficio para aprender a bailar una gallarda.

En La nova gelosia, el amado le pide a una ventana nueva y luciente, que está escondiendo a su amada, que le permita verla, si no él morirá.

Pícara y más elaborada es La Cammesella, finalmente. Un diálogo de pura coquetería mutua entre los recién casados. Él, fingiendo que se irá si no lo hace, le pide a ella que vaya quitándose una a una las prendas de su atuendo de novia, que se ve no eran pocas, a lo que ella accede cada vez sin reticencia. Por último, le pide un beso que no le es negado. Cada vez, Ciccillo, el novio, bendice a la madre de la novia por haberla casado con él.

lunes, noviembre 07, 2011

Suomi


Es palabra no fácil de rastrear, pero así se llama la Finlandia de los mapas en suomi (ahora con minúscula), que es la lengua nativa y antigua. Y como va viniendo más cálido el tiempo estos días, un paseo por esas latitudes siempre es refrescante.

Hay allí una acordeonista, Maria Kalaniemi, que hace un folklore finés renovado, pero muy sugestivo.

Ängskärsmenuett, por ejemplo, es una pieza (dos en una, en realidad) que compuso el finlandés Timo Alakotila y que aquí viene acompañada por el grupo Troka.

Para hacerse alguna idea más completa, también pueden oírse Täihdet Taivahalla, melancólica y nórdica, o Skymningspolskan.

No se aceptan reclamos, pero, ya con dejos nítidos de jazz y otras melodías, aunque todavía con su base folklórica, Ahma cierra esta presentación de Maria y su instrumento, emblema de la música de Suomi.

domingo, noviembre 06, 2011

Mingo

Creo que se me amoscó Mingo, mi padre, con lo de mi corazón santiagueño.

¿Cómo que Falú no?, siento que me dice desde su cielo de músicas.

Como sabe sus latines y conoce sus filosofías, argumento que intellectus quodammodo fit omnia, que es como decir que en el alma me caben Santiago y Salta y...

Un silencio cósmico es la respuesta. Es cierto también que Mingo era tipo de pocas palabras.

Igual, por si acaso, me apuro a subirlo a escena a Eduardo Falú. A ver si haciendo la Zamba de un triste, con Jaime Dávalos, la tormenta amaina.

Si no alcanza, que sigan La verde rama, El silbido del zorzal o Pastora de mis sueños.

Pero por las dudas que no sea bastante, y ya como desembozada captatio benevolentiae, dejo como al descuido una joya rara: Chañarcito, con versos de León Benarós y música de Carlos Guastavino.

Y piadosamente no digo más, porque no hay más que decir.

sábado, noviembre 05, 2011

Santiago

Nadie me lo dijo, pero a mí se me hace que tiene que haber algo de mi sangre que nació en Santiago del Estero.

De no, no me explico cómo es posible que se me vuelva de ese modo la mirada y el corazón cuando suena la chacarera y los decires y los ritmos santiagueños.

Y si es Santiago, son Los Manseros, como suenan en estas Flores Naturales, o en Para los ojos más bellos o en esta Zamba del Quebrachal, o en Verde romero o en Corazón de lechiguana.

O en casi cualquiera otra cosa, qué cosa...

viernes, noviembre 04, 2011

An viol ceilteach

Tarde de lluvia. Y es bueno tener a mano músicas para cada estación y hora y circunstancia.

Hace unos años, Jordi Savall homenajeó a las melodías tradicionales de Irlanda y Escocia en un disco que se llamó La Viola céltica.

No hay duda: la música de los celtas -aunque puede despertar a un muerto con un jig-, siempre tendrá su hebra melancólica.

Como la viola que puede ser feliz en su grave tristeza y puede llorar mientras hace reír.

Como pasa con los estados de ánimo y de espíritu. Nada hace daño al fuerte y magnánimo y de todo aprovecha, y todo daña al débil y pusilánime y nada lo beneficia.

Como las gentes. Hay quienes hacen mal aunque hagan el bien. Y hay quienes siempre hacen bien.

Como casi todo en tantas cosas. Está en su naturaleza.

Pero, basta de elucubraciones.

Listo y con su espuma el mate pampa, cielo gris de las islas en medio de la llanura, la lluvia que sigue y suena an viol ceilteach con Gudewife admit the wanderer, Twas within a furlong of Edimburgh town, Carolan's farewell, The Gander in the pratie hole y Tom Brigg's jig.

jueves, noviembre 03, 2011

Chansons


Un vino de esos que llaman pequeños, algo ligero, un petit vin que creo le dicen los franceses. De regalo, unos cigarros de Bahía, breves, fuertes, de hoja oscura.

Una noche tardía, de recreo en medio de trajines, calmo y tibio el aire. Poca luna, algo de nubes mansas.

Y les chansons, que hacen el paisaje.

De fondo, y en su orden, fueron diciendo sus cosas Jacques Brel con Ne me quitte pas, Léo Ferré y su versión de Avec le temps, Jean Ferrat en Aimer a perdre la raison y, a dúo, cierran el día Edith Piaf y Charles Aznavour con Le bleu de tes yeux.

Et bonne nuit.

miércoles, noviembre 02, 2011

Lina

Esta vez, vale por una canción.

Porque Lina Sastri recitando Pianefforte 'e notte, versos napolitanos sencillos y sentidos de Salvatore Di Giacomo, vale por una canción... y no quiero oír una palabra más.

Nu pianefforte 'e notte
sona luntanamente,
e 'a museca se sente
pe ll'aria suspirà.

È ll'una: dorme 'o vico
ncopp'a nonna nonna
'e nu mutivo antico
'e tanto tiempo fa.

Dio, quanta stelle 'n cielo!
Che luna! E c'aria doce!
Quanto na della voce
vurria sentì cantà!
Ma sulitario e lento
more 'o mutivo antico;
se fa cchiù cupo 'o vico
dint'a ll'oscurità...

Ll'anema mia surtanto
rummane a sta fenesta.
Aspetta ancora. E resta,
ncantannese, a pensà.

Linda

Todo dice que no debería poder hacer las canciones mexicanas, porque viene de otro lado y va para otra parte: se llama Linda Ronstadt, padre de ascendencia alemana, madre holandesa con antepasados judíos ingleses, de Arizona, estrella del country y del rock en los '70/'80.

Pero las hace y bien, a mi sabor.

Me la trajo un buen amigo y no se equivocó.

Digo. Pero si quiere oír a ver si estoy errado, aquí la dejo con Cuco Sánchez en Siempre hace frío. Sola con su mariachi se la oye en Y ándale..., El gustito y Grítenme piedras del campo.